LA FILOSOFÍA EN SU HISTORIA (J.F. SELLÉS)

5. El neomarxismo. Escuela de Fráncfort –Horkheimer, Adorno, Marcuse, Habermas–, Bloch, Fromm y Althusser

El neomarxismo es una corriente de pensamiento materialista inspirada en la filosofía de Marx cuyo influjo y aplicación práctica han sido muy amplios en el siglo XX. Hay que distinguir dos tipos de marxistas: a) Los ‘ortodoxos’, que siguen las tesis centrales de Marx. b) Los revisionistas o ‘heterodoxos’, porque critican algunos de sus postulados centrales. Entre los neomarxistas ortodoxos se cuentan Plejanov, Lenin,  Stalin, Althusser, etc. En cambio, la lista de los revisionistas es mucho más abigarrada: Bijarin, Deborin, Trosky, Kautsky, Bernstein, R. Luxemburg, Lukács, Gramci, Garaudy, Lefébvre, Korsch, Horkheimer, Adorno, Marcuse, Habermas, Bloch, Fromm, etc. Como no podemos estudiarlos todos, atenderemos a cuatro representantes de la Escuela de Fráncfort: Horkheimer, Adorno, Marcuse y Habermas; y a otros tres independientes: Bloch, Fromm Althusser. 

5.1. Escuela de Fráncfort. Esta escuela, que toma el nombre de la ciudad alemana en la que fue constituida, fue neomarxista y materialista. Su distintivo fue la crítica de la sociedad burguesa y de la razón tecnocrática y un intento de fundamentar la filosofía de Marx desde la de Hegel. Célebres representantes fueron:

5.1.1. M. Horkheimer (1895-1973). a) Vida y obras. De raza judía nació en Stuttgart; estudió psicología y filosofía en las universidades de Múnich, Friburgo y Fráncfort. Además de a Marx leyó a Bacon, Descartes Kant, Hegel, Dilthey, Weber, Bergson, Nietzsche, Schopenhauer, Lukács, Korsch y los neopositivistas. Se casó a los 31 años. Fue co-fundador de la Escuela de Fráncfort. En 1934, durante el dominio nazi se evadió a Suiza y a Estados Unidos. En 1949 volvió a Alemania. Obras relevantes suyas son Dialéctica de la Ilustración (en colaboración con Adorno), Crítica de la razón instrumental y Teoría crítica.

b) Filosofía. Criticó el cristianismo y la metafísica tradicional de estilo tomista. Con todo, en la última fase de su filosofía sostuvo –como antes Lutero– que Dios es ‘el totalmente otro’, allende de la producción, del proceso dialéctico y de las superestructuras. La clave de su filosofía es llevar a cabo una teoría crítica de la sociedad tecnocrática desde la mentalidad materialista atea propia de Marx y con fundamentación hegeliana. Criticó la razón instrumental (razón subjetiva) propia de la Ilustración, que dio lugar a tantos inventos terroríficos posteriores y a la crisis de la sociedad civilizada, para recuperar la razón objetiva. Frente al totalitarismo marxista soviético defendió la libertad del individuo y el socialismo.

5.1.2. Th. Adorno (1903-1969). a) Vida y obras. De raza judía nació en Fráncfort, donde estudió filosofía, psicología y sociología. En Viena estudió piano 3 años. A los 25 volvió a su ciudad natal y se unió a Horkheimer. Emigró en 1935 a Oxford y 4 años después a Estados Unidos. Volvió a Alemania en 1949 siendo desde entonces profesor de filosofía y sociología en la Universidad de Fráncfort. Murió en Suiza. Leyó a Descartes, Kant, Marx, Kierkegaard, Schopenhauer, Nietzsche, Husserl y Heidegger, pero Hegel fue su autor preferido. Sus obras más relevantes son: Dialéctica de la Ilustración (en colaboración con Horkheimer), Dialéctica negativa, y Teoría estética.

b) Filosofía. Rechazó toda religión y toda metafísica. Su filosofía es marxista y atea; acepta la dialéctica hegeliana, el saber de totalidad, pero evade el cierre del sistema, la síntesis, subrayando trágicamente la antítesis, la negatividad, fundamentalmente en lo social y en lo cultural, (para él, el arte es la fuerza de protesta contra las instituciones dominantes), pero sigue la idea marxista de que el hombre se hace en la medida en que produce. Criticó, como Horkheimer, la sociedad burguesa y su cultura tecnocrática que ha hecho posible la bomba atómica y Auschwitz. Aceptó el subjetivismo kantiano.

5.1.3. H. Marcuse (1898-1980). a) Vida y obras. De raza judía nació en Berlín; estudió filosofía en esa ciudad y en Friburgo. Se doctoró a los 23 años y consiguió la habilitación a los 34. Pasó a Fráncfort y Ginebra, y desde allí, como los precedentes, se trasladó a Estados Unidos en 1934, pero a diferencia de ellos no volvió a Alemania. Leyó a Bloch, Lukács, Benjamin, Korsch, Heidegger, Dilthey, etc., pero su fuente principal fue Hegel. Sus obras más célebres son: Razón y revolución, Eros y civilización, Marxismo soviético y El hombre unidimensional.

b) Filosofía. Hizo profesión de ateísmo. Su filosofía, como la de los precedentes, es de teoría crítica de la sociedad industrial avanzada o tecnológica desde la mentalidad marxista fundamentada en la hegeliana. Intentó unir el marxismo, primero con el existencialismo heideggeriano, y luego con el psicoanálisis. A la mentalidad hegeliana sobre la dialéctica de la razón en la historia y a la marxista sobre la dialéctica de la sociedad debida a la alienación del trabajo por causa de la propiedad privada añadió, como los autores anteriores, la noción de libertad, que enarbola frente al marxismo soviético. En su fase psicoanalítica identificó la libertad con el principio de placer (id) que se opone a la necesidad del trabajo (ego) y a las condiciones sociales (super ego).

5.1.4. J. Habermas (1929-). a) Vida y obras. Nació en Düsseldorf; estudió filosofía, economía e historia en las universidades de Marburgo, Gotinga y Bonn. Trabajó en las universidades de Heidelberg y Fráncfort. Leyó al menos a Kant, Schelling, Marx, Heidegger y Marcuse. Sus obras más relevantes son: Conocimiento e interés, Teoría de la acción comunicativa y Facticidad y validez.

b) Filosofía. Criticó la metafísica y renunció a toda teología. Su filosofía, como la de los precedentes, es de crítica social. En su caso concibe la sociedad como ‘totalidad’ y critica a la ciencia de los países desarrollados industrialmente, la cual se ha convertido en un ideología que justifica el dominio sobre la masas sociales. Defiende que el conocer humano solo se entiende en la praxis social y en el proceso histórico, el cual es dialéctico; que nuestro conocer se adapta a la naturaleza y la domina. Según esto la verdad se reduce a ser un ‘instrumento para’ nuestra vida, es decir, una valoración de lo que hacemos, y la filosofía se reduce a praxis política. Defiende el materialismo histórico y el evolucionismo.

5.2. E. Bloch (1885-1977). a) Vida y obra. De raza judía nació en Ludwigshafen; estudió filosofía, filología y física en las universidades de Múnich y Würzburgo. Se doctoró a los 23 años. Luego estudió en Berlín y Heidelberg. Durante la Iª Guerra Mundial emigró a Suiza y en la IIª a Viena, París y Estados Unidos. Tras el 2º conflicto volvió a Alemania Oriental y fue profesor en Leipzig. Por sus críticas al comunismo oficial tuvo que huir a Alemania Occidental donde trabajó en Tubinga lugar en el que murió a sus 92 años. Leyó, bajo el prisma visceralmente marxista (izquierdas proletarias versus derechas burguesas), además de la Biblia, a muchos filósofos (que va alineando en uno u otro bando): Platón, Aristóteles, Avicena, Averroes, Tomás de Aquino, Bacon, Bruno, Tomás Moro, Campanella, Spinoza, Grocio, Rousseau, Voltaire, Diderot, Fichte, Schelling, Hegel, Saint-Simon, Proudhon, Feuerbach, Marx, Simmel, Jaspers, Lukács, Freud, Heidegger, etc. Sus obras mas relevantes son: El principio esperanza, El espíritu de la utopía, y Herencia de esta época.

b) Filosofía. Se consideró ateo, pues pensó que todas las religiones son mitos y fantasías y –como Feuerbach–, que Dios es la proyección idealizada de los anhelos del hombre. Su filosofía coincide con la de los precedentes neomarxistas en el intento de fundamentar más el marxismo desde Hegel aceptando su dialéctica, pero abriéndole cauce al futuro para transformar la sociedad. Pero añadió al marxismo de aquéllos el intento –como el de Gramsci– de dotarle de un rostro menos económico y más humano, vital, cultural. Aunque defendió el marxismo revolucionario, para él la clave humanística del marxismo es la utopía, a la que hay que abrirse mediante la esperanza, considerada como un afecto. Por eso, frente a los marxistas arriba descritos, Bloch es optimista ante del futuro temporal, el ‘aún-no’, respecto del cual hay que ‘realizar la posibilidad’ admitiendo así que, lo perfecto, el resultado, surgirá de la potencia.

5.3. E. Fromm (1900-1980). a) Vida y obras. De raza judía nació en Fráncfort; estudió en su ciudad natal, en Heidelberg y Múnich. Aunque se incorporó a la neomarxista Escuela de Fráncfort, rompió con ella porque los demás defendían un marxismo de izquierdas y él de derechas. Se casó 3 veces: una a los 26 años; otra, tras divorciarse, a los 44; la tercera, tras el fallecimiento de su segunda mujer, a los 53. Trabajó en Berlín. Con la subida al poder de Hitler marchó a Ginebra; luego a Estados Unidos, dando allí clases en diversas universidades y, posteriormente, a México. Además de la Biblia, el Talmud, a Marx y Freud leyó, al menos, a Buda, Eckhart, Hobbes, Lutero, Calvino, Marcel y Bloch, además de otros autores secundarios. Murió en Suiza. Entre sus muchas obras, las más relevantes son: El arte de amar, El miedo a la libertad, El corazón del hombre y Tener o ser.

b) Filosofía. Hizo profesión de ateísmo toda su vida; calificó a las religiones de ideologías, e interpretó el cristianismo según las pautas del psicoanálisis y el marxismo. Vaticinó la desaparición de las religiones teístas y –como Comte– la aparición de la religión de la humanidad. En su filosofía intentó –como Marcuse– una simbiosis entre marxismo y psicoanálisis. Como concibió al segundo como una psicología analítica social de corte materialista vio su afinidad con el materialismo histórico del marxismo. Lo que él pretendía añadir al marxismo es el amor, inexistente en las obras de Marx y de los marxistas; pero no se trata del amor personal, sino del amor a la vida, al hombre, a la independencia, a la producción y creatividad. Criticó a la sociedad actual, caracterizada –según él– por el miedo a la libertad y por estar enferma de soledad (por lo que busca el remedido en los totalitarismos); criticó asimismo al hombre pasivo y consumista, convertido en un bien de consumo. Rechazó tanto el totalitarismo (vinculado –para él– a las religiones monoteístas) como el capitalismo, y defendió el socialismo comunitario.

5.4. L. Althusser (1918-1990). a) Vida y obras. Nació en Argelia; estudió primero en Argel y luego en Marsella y Lyon. Participó en la IIª Guerra Mundial y estuvo en un campo de concentración nazi. Luego estudió filosofía y fue profesor de la École Normale Supérieure a sus 30 años siendo ya miembro del Partido Comunista. Sufrió fuerte depresión a raíz de la cual asesinó a su esposa de 70 años. Leyó al menos a Spinoza, Marx, Engels, Lenin, Gramsci, Sartre, Lukács, Korsch, Lacan y Foucault. Sus obras más relevantes son: La revolución teórica de Marx y Para leer El Capital.

b) Filosofía. Para él la filosofía es fundamentalmente política revolucionaria marxista, aunque también se le ha considerado estructuralista y defensor del psicoanálisis. Su marxismo, que quiere ser fiel a Marx y, por tanto, no revisionista, se basa en dos puntos: i) Ciencia de la historia o materialismo histórico; ii) Filosofía o materialismo dialéctico en estado práctico. Por eso se alejó de las obras de juventud de Marx (anteriores a 1845) en las que los revisionistas apoyaban su humanismo marxista y se concentró en las obras de madurez, las revolucionarias, antihumanistas y antirreligiosas (comenzando por las Tesis contra Feuerbach y La ideología alemana y terminando por El Capital). Por tanto, defendió que ‘el marxismo es antihumanismo’. Aunque expuso el marxismo en forma estructuralista, no gustaba del estructuralismo, pues le parecía una ‘ideología formalista’. También rechazó el hegelianismo por parecerle demasiado ‘ideal’, ya que para él lo determinante de la historia es la estructura economía, y la clave de ésta son los modos de producción, siendo su ‘sujeto’ las relaciones de producción, las cuales deben pensarse al margen de los ‘sujetos’. Defendió también que para Marx la sociedad es una totalidad estructurada.