(‘psique’) es, además de la vida del cuerpo, la esencia humana, no su acto de ser, que es acto respecto de esa esencia, que puede ser perfeccionada irrestrictamente. El perfeccionamiento irrestricto de la esencia del hombre se forma mediante los hábitos y las virtudes y la maduración de la personalidad o yo. El alma es un ser necesario, a diferencia de los entes de la realidad física, que son contingentes. Pero si es necesaria es porque es inmortal. De todos modos, su necesidad es dependiente de Dios. Estas son algunas descripciones aristotélicas del alma:’la forma de un cuerpo natural que tiene la vida en potencia’, De Anima, l. II, c. 1 (BK 412 a 30);’acto de un cuerpo natural orgánico’, De Anima, l. II, c. 1 (BK 412 b 10);’la causa y el primer principio del cuerpo vivo’, De Anima, l. I, c. 4 (BK 415 b 8);’el acto primero de un cuerpo natural orgánico’, Ibid., l. II, c. 1 (BK 412 a 3–413 a 10);’aquello por lo que primeramente vivimos, sentimos, nos movemos y entendemos’, Ibid. Tomás de Aquino describe el alma como’el primer principio de vida de los seres vivos’, Suma Teológica, I, q. 75, a. 1 co. Polo llama al alma ‘el ápice de la esencia del hombre’.