Es la adecuación de nuestro conocimiento a lo real. No es de ninguna manera ‘una suerte de conformidad de las cosas consigo mismas’. A esa presunta conformidad se le ha denominado ‘verdad ontológica’, que los autores que así la llaman distinguen de la propia de la inteligencia, a la que denominan verdad gnoseológica. Sin embargo, eso no es real en modo alguno. No caben verdades fuera del conocer. La verdad no es ni temporal ni eterna, sino presente mientras se piensa.”//,”eurísticamente tenemos que viene de la voz griega: lethos: a=sin, lethos olvido; en latín es veritas, y verum es un trascendental del ser. Es la posesión de la realidad cognoscitivamente, gracias a la inteligencia se profundiza más y se pueden alcanzar niveles de posesión mayores que el de los sentidos. En la filosofía clásica se dice que es la adecuación del entendimiento a lo real: adaequatio rei et intellectus y que la verdad se expresa en el juicio. El entendimiento es verdadero –dice verdad– cuando se conforma a lo real. Asimismo, se habla también de que una cosa es verdadera en cuanto que se conforma con su forma propia que es medida por un entendimiento, que no es otro que el entendimiento de Dios. De otra parte, la verdad se fundamenta en la realidad, pero tiene su sitio en el entendimiento, por lo cual no es el primer trascendental, en el sentido de que el entendimiento se subordina a la realidad, al ser. Lo verdadero y lo falso no están en las cosas, sino en la mente.