LA FILOSOFÍA EN SU HISTORIA (J.F. SELLÉS)

6. La fundamentación de la ética

En la investigación poliana sobre la ética el punto central, tanto para su fundamentación como para elucidar su índole, es la dualidad. De modo que cualquier estudio analítico o separado de las diversas dimensiones de esta disciplina humana es reductivo. Teniendo en cuenta esta condición, cabe indicar estas claves:

1º) La ética es un saber humano práctico que se dualiza, por arriba, con la metafísica y la antropología trascendental y, por abajo, dualiza a los demás saberes humanos inferiores a ella (sociología, psicología, teoría de la empresa, de la cultura, etc.). Además, es un saber intrínsecamente dual: metódica y temáticamente.

2º) El método de la ética es dual. Sus dos niveles de conocimiento son: a) El superior, la sindéresis, conformado por dos dimensiones, siendo la más elevada el ‘querer-yo’, que activa a la voluntad, y la inferior, el ‘ver-yo’, que activa a la inteligencia. b) El inferior, conformado por la razón práctica, la cual tiene, a la par, dos dimensiones, siendo la superior los hábitos adquiridos (hábito del concepto práctico, hábito de eubulía o saber deliberar, hábito de synesis-gnome o de saber juzgar en lo práctico y hábito de prudencia); y la inferior, conformado por los actos u operaciones inmanentes correspondientes a dichos hábitos (el acto del concepto práctico, la deliberación, el juicio práctico y el precepto, imperio o mandato). La clave del arco metódico de la ética es la sindéresis.

3º) El tema de la ética es dual. Sus dos ámbitos temáticos son: a) El externo, el cual está conformado por los bienes reales, los cuales son de dos tipos: el superior, el bien común o fin último; y los inferiores: los bienes mediales. b) El interno, que está conformado por una doble vertiente: la superior o de las virtudes y actos de la voluntad, y el inferior o de las tendencias apetitivas sensibles humanas. La clave temática del arco de la ética es la virtud.

De explicitar y comprender estos puntos se advierte que Polo sigue los descubrimientos clásicos aristotélico-tomistas de esta disciplina a la par que corrige los reduccionismos modernos y contemporáneos sobre la misma.