LA FILOSOFÍA EN SU HISTORIA (J.F. SELLÉS)

2. El problema crítico

El Discurso del Método lo publicó Descartes como introducción a La Dióptrica, los Meteoros y la Geometría. En él pensaba que la física podía construirse con tanta certeza que realmente podría­mos lle­gar a ser ‘dueños y poseedores de la naturaleza’ y que debía basarse en la metafísica, porque ésta puede resolver tres asuntos correlacionados: quién conoce, qué conoce y qué valor posee el conocimiento. Esto es el punto de partida de su filosofía.

Descartes tenía que resolver el problema del conocimiento, sin admitir soluciones teológicas y sin recurrir tampoco a las soluciones aristotélicas en gran parte desconocidas o malinterpretadas. Había que comenzar el edificio de la ciencia desde cero. Por otro lado, si las leyes que formulaba la ciencia no eran le­yes del ser sino leyes o regularidades establecidas por Dios de modo contingente, pues desde el nominalismo se admitía que podía haber establecido otras, ¿qué fundamento real tienen? Por tanto, para Descartes la inteligencia debía ser controlada, porque dejada a su aire no alcanza la verdad. La crisis nominalista y la nueva ciencia generó un estado de ánimo de sospecha ge­neralizada, y así se explica el deseo cartesiano de querer empezar el edifi­cio de la ciencia desde los cimientos. El criticismo de Descartes, teniendo mucho de actitud subjetiva, lo intenta justificar por motivos objetivos, pues él no quería dudar por dudar, sino para llegar a una evidencia incuestionable.

El Discurso del Método es, a la vez, una autobiografía y la construcción de un nuevo modo de hacer filosofía. En abierta oposición a todo el saber tradicional, Descartes busca establecer un nuevo método de pensamiento, con modelo las matemá­ticas, para descubrir verdades evidentes. En el Prefacio expone resumidamente su contenido en 6 partes: 1ª) Se en­contrarán diversas consideraciones refe­rentes a las ciencias. 2ª) Las principales reglas del método. 3ª) Algunas de la mo­ral. 4ª) Las razones por las que prueba la existencia de Dios y del alma humana, que son los fundamentos de su metafísica. 5ª) El orden de las cuestio­nes de física. 6ª) Las razo­nes que le han hecho escri­birlo.