LA FILOSOFÍA EN SU HISTORIA (J.F. SELLÉS)

9. Balance

Como estos pensadores son grandes y trataron amplias temáticas, más que entrar a enjuiciar cada una de sus tesis en ellas, es más pertinente aquí recoger en síntesis los temas capitales que todos trataron y proceder a su escueta valoración.

9.1. Razón y fe. La separación que establecieron los primeros maestros de la Universidad de París entre filosofía y teología, entre razón y fe, sirvió de modelo para todos los posteriores profesores universitarios del siglo XIII, tendencia opuesta a las de los Padres de la Iglesia.

9.2. Sí o no a Aristóteles. La aceptación o rechazo de la filosofía aristotélica distinguió a unos maestros de otros de esta centuria.

9.3. Sí o no al intelecto agente. Con Guillermo de Auvernia y Alejandro de Hales comenzó el debate en torno al intelecto agente, el tema superior del libro De anima de Aristóteles, seguramente la obra más importante del Estagirita. De la interpretación que se dé sobre esta realidad humana pende toda la teoría del conocimiento, la antropología y la vinculación del ser humano con Dios.

9.4. El hilemorfirmo universal. Los autores que en esta centuria defendieron el hilemorfirmo universal en todo lo creado, lo llevaron a cabo por una buena intención: la de distinguir radicalmente a Dios de lo creado, afirmando que es enteramente trascendente, que sólo él es espíritu puro. Pero ello no obsta para que incurrieran en un error de graves repercusiones, puesto que ni los ángeles ni el alma humana y sus facultades superiores son materiales.

9.5. La distinción real essentia-esse. Los maestros franciscanos –frente a los que siguieron la estela tomista– tendieron a no admitir la distinción real en lo creado entre esencia y existencia.

9.6. La distinción real entre el alma y sus potencias. Los maestros franciscanos –frente a los tomistas– tendieron a negar esta distinción. Este error es de graves repercusiones.

9.7. Hegemonía del intelecto o de la voluntad. Los maestros franciscanos –frente a los tomistas– tendieron a sostener que en el hombre la voluntad es superior a la inteligencia. La radicalización de esta postura llevó a graves errores en el siglo XIV.

9.8. El intelecto agente como acto noético superior humano. Dietrich de Freiberg es uno de los pocos filósofos de toda la historia de la filosofía que acertó en la concepción del intelecto agente aristotélico, pues lo considera acto en el ser humano. Esa concepción –al margen de la aristotélica– solo ha tenido (entre muchos centenares) cuatro adeptos en la filosofía occidental: dos en el siglo XIII, San Alberto Magno en un periodo de su vida y Teodorico el Teutónico; y otros dos en el siglo XX: Francisco Canals y Leonardo Polo. Los restantes pareceres han sido muchos (sustancia separada –Dios o un ángel–; potencia –pasiva o activa–; hábito –adquirido o innato–; distinción formal con el posible; distinción formal a parte rei con él; mera distinción nominal con el posible; identificación con la memoria; es la misma alma humana; es el alma de la humanidad; identificación con la voluntad…), pero todos ellos se pueden rectificar rigurosamente. 

9.9. Otros maestros. En esta centuria se dieron otros maestros como Juan Blund (1175-1248), Tomás de Sutton (¿-1316), Pedro de Taranasia (1224-1276), Juan Quidort (1255-1306), Juan de Tytyngsale (¿-?), Guillermo Clifford (¿-1306), Jacobo de Viterbo (¿-1308), Francisco de Marchia (1290-1344). Pero los resumidos son suficientes para hacerse cargo del estado de auge de la filosofía en el siglo XIII. Todos ellos fueron universitarios, siendo la Universidad de París la sede de la mayor parte de ellos y la más importante. Sin la universidad la filosofía escolástica no hubiese llegado a su cima, cumbre que es la superior de la historia del pensamiento hasta nuestros días. Pero las figuras más sobresalientes de este periodo –San Alberto Magno, San Buenaventura, Sto. Tomás de Aquino y el beato Duns Escoto– las estudiaremos aparte en los temas que siguen.