LA FILOSOFÍA EN SU HISTORIA (J.F. SELLÉS)

3. J-B. Vico

3.1. Vida y obra. Nació en Nápoles en 1668. Estudió Derecho en su ciudad natal y en ella fue profesor. De la antigüedad conoció la filosofía de Platón, y de los pensadores recientes, la de Bacon, Maquiavelo, Descartes, Hobbes, Spinoza, y Grocio. Influyó en Jacobi, Montesquieu, Comte, Marx, y en cierto modo en Rosmini, Gentile y Croce. Sus obras filosóficas más importantes son: Principios de la Filosofía de la Historia, y Principios de Ciencia Nueva. Murió en Nápoles en 1744.

3.2. La verdad es lo hecho. Verum ipsum factum’ es el lema abreviado de su filosofía, el cual, un poco más explícito dice así: ‘Verum et factum reciprocantur seu convertuntur’, a saber, que la verdad es lo hecho, lo producido por manos humanas. ¿Por qué defendió esta tesis? Porque para él en filosofía no cabe verdad, sino sólo verosimilitud, probabilidad. En consecuencia, al cerrarse a la verdad sin vuelta de hoja por vía teórica, tuvo que abrirse por vía práctica a una verdad coincidente con los hechos humanos, porque de lo contrario la filosofía perece por entero. Como se advertirá, esta actitud, que es netamente ilustrada, también la encontraremos en Kant. Y asimismo, Vico se adelantará al pensador de Könisberg en decir que las realidades más relevantes, la entidad del mundo, la del propio ser y la del ser divino, no las podemos conocer en su sustancia, pues no son obra nuestra. De nosotros solo somos conscientes de nuestro existir, por tanto, de nuestra historia. Además, inicialmente nuestra naturaleza está corrompida por el pecado original (influjo luterano), por lo que con la ayuda divina y de la filosofía debemos tender a alcanzar el ideal humano (influjo de Platón). En ese trayecto perfila su filosofía de la historia, con la cual indica que en ella se han dado tres fases (preanuncio de Hegel): a) estado de corrupción tras el pecado original; b) estado de progresivo perfeccionamiento virtuoso en tres fases –época de los dioses, de los héroes y de los hombres–; c) retorno al estado religioso primitivo. De lo dicho se desprende que para Vico el hombre sea un ser finito que tiende al infinito, que tal anhelo dependa de su libertad.