LA FILOSOFÍA EN SU HISTORIA (J.F. SELLÉS)

3. Porfirio (233-304)

Discípulo de Plotino y sucesor de su escuela en Roma fue autor de bastantes obras como sus comentario al Timeo y al Parménides de Platón, el comentario a las Categorías de Aristóteles, etc. Conoció el cristianismo a través de Orígenes, pero él no fue cristiano, pues escribió, y no poco, contra el cristianismo y fue refutado por varios Padres de la Iglesia. Intentó aunar la filosofía de Platón con la de Aristóteles, pero como en toda aleación siempre sale perdiendo el metal más noble, de su pensamiento cabe decir que es neoplatónico, no neoaristotélico.

a) Mundo. Es lo inferior, la materia y los cuerpos, pero no cabe llamarla realidad, porque lo verdaderamente real es lo incorpóreo. Los cuerpos están contenidos en el Alma del mundo; ésta, a su vez, en la Inteligencia; y ésta, en el Uno. Pero el Uno no es ninguna de esas cosas.

b) Hombre. Contrapone el alma al cuerpo. Las almas preexistían a los cuerpos y estaban en el cielo. Unas permanecieron allí, otras, fueron descendiendo y revistieron un cuerpo cada vez más pesado hasta llegar a la tierra. El sentido de la vida humana radica en salvar el alma, liberarla del cuerpo mediante el autoconocimiento propio y divino y la ascética o purificación, sometiendo las pasiones mediante las virtudes, que son de 4 grados, que de inferiores a superiores son: políticas, catárticas, contemplativas y paradigmáticas.

c) Dios. La realidad suprema e inmaterial es el Uno, de la que procede la Inteligencia, que es asimismo incorpórea y contiene las Ideas. De ella procede el Alma del mundo que es compuesta de una parte superior, el Demiurgo, y de otra inferior, las almas particulares. El sabio solo requiere de Dios.