LA FILOSOFÍA EN SU HISTORIA (J.F. SELLÉS)

8. La logoterapia de V. Frankl

Esta corriente de psicología, la más humanista del siglo XX, cuenta –frente a otras como el psicoanálisis, el conductismo, etc.–, con la visión tripartita del hombre, es decir, distingue entre lo neurálgico, la persona, lo inmaterial que de ella depende, lo psíquico –constituido por el yo o la personalidad–, donde radican la mayor parte de las alteraciones psiquiátricas (neurosis, psicosis, depresiones, etc.), y el cuerpo humano, visión que su fundador, V. E. Frankl, debe al IIº Scheler y que, según él, es afín al mensaje de la Biblia. Con ello tiene una notable ventaja respecto de las demás escuelas psicológicas, a saber, que los males que se adquieren en la franja intermedia se pueden paliar o resolver por elevación, desde el ser personal, cuyo sentido no se reduce ni a lo que le acontece al cuerpo humano ni lo que le pasa a la psique.

8.1. Vida y obras. Nació en Viena en 1905 en el seno de una familia judía. Sus padres y hermano murieron a manos de los nazis en un campo de concentración, lugar donde también él estuvo recluso a sus 40 años. En su juventud le interesaba la filosofía, la psicología y la política y estuvo ligado al socialismo. Después rechazó las escuelas psicológicas de Freud y Adler y la política. Estudió medicina, con la especialidad de psiquiatría y neurología, y asimismo filosofía. Se casó 2 veces, una a sus 36 años, y otra, tras morir su primera mujer, a los 42. Tras la IIª Guerra vivió en Viena, desde donde viajó como conferenciante a diversas ciudades de 34 países. Murió en la capital austriaca en 1997. Leyó a Scheler, Heidegger, Jaspers, Marcel, Freud, Adler, etc. Aparte de artículos, escribió 31 libros. Entre ellos son célebres: El hombre en busca de sentido, Psicoanálisis y existencialismo, La presencia ignorada de Dios. Psicoterapia y religión, Homo patiens, Logos y existencia, La idea psicoanalítica del hombre, La voluntad de sentido, Ante el vacío existencial, Psicoterapia y humanismo, Logoterapia y análisis existencial, La psicoterapia y la dignidad de la existencia, El hombre en busca del último sentido, etc. La gran difusión de sus libros se debe a que son breves, sencillos, a modo de ensayos, salpicados de ejemplos y anécdotas.

8.2. Filosofía. Su obra filosófica es fundamentalmente antropológica. Expone sintéticamente lo que entiende por ‘persona’ de varios modos: a) Ofreciendo varias tesis sobre ella: 1ª) la persona es ‘novedad’; 2ª) es ‘espiritual’; 3ª) ‘se trasciende a sí’, y ‘es abierta a la trascendencia’; 4ª) es ‘insumable’; 5ª) es ‘existencial’; 6ª) ‘brinda unidad y totalidad’; 7ª) es ‘dinámica’; 8ª) es un ‘individuo’; 9ª) es ‘yoica’. b) Exponiendo que el término ‘persona’ es sinónimo de otros vocablos: ‘espíritu’, ‘corazón’, ‘existencia’ ‘devenir’, ‘individuo’, ‘yo’ y ‘personalidad’. c) Indicando que la persona aparece después de su vida biológica, lo cual implica admitir que inicialmente el hombre no es sino ‘potencialmente’ persona. Las notas con que Frankl describe al ser personal son espiritualidad, libertad, responsabilidad, sentido y amor. Aunque, bien entendidas, estas notas se pueden considerar como ‘trascendentales personales’, la manera como el pensador vienes las describe no siempre da pie a entenderlas como tales, como se indicará en la revisión crítica.

En cuanto al método del conocimiento personal hay que sentar dos grupos de afirmaciones: a) Frankl denunció que estos métodos no son adecuados: 1º) El ‘conocimiento objetivo’, porque la persona ni es una idea ni se puede conocer a modo de tal. 2º) El conocimiento ‘reflexivo’, porque es aporético, contradictorio. 3º) Los conocimientos clásicos de la ‘ratio’ y del ‘intellectus’ porque miran hacia afuera, no hacia la intimidad personal. 4º) Los conocimientos modernos analítico y sintético, porque la persona es una y, por tanto, ni se puede analizar ni reunir. b) Frankl probó estos otros métodos: 1º) Se puede conocer en cierto modo a la persona a través de lo sensible, es decir, por medio de su corporeidad, de sus manifestaciones –por la ‘acción’–, de su ‘biografía’. 2º) Por un análisis fenomenológico; por la conciencia (designada como el ‘órgano del sentido’) un conocimiento intuitivo de orden moral superior al racional que puede descubrir el sentido humano que para cada uno se esconde detrás de cada situación espacio-temporal; y por la apertura ‘sobrenatural’ que la persona guarda con la trascendencia divina. 3º) Por la por él llamada ‘autocomprensión ontológica prerreflexiva’, un conocer experiencial de la propia existencia humana antes de tener alguna idea (filosófica, psicológica, psiquiátrica…) de ella; a otras personas, por el ‘análisis de la existencia’, entendido como ‘explicación de la existencia’ que es cierta ayuda u orientación para que los demás se vayan conociendo; a la propia persona se puede llegar por la ‘sabiduría del corazón’, que es un saber superior al de la razón que permite conocer en parte el propio sentido personal.