LA FILOSOFÍA EN SU HISTORIA (J.F. SELLÉS)

6. El platonismo de A. Rosmini

6.1. Vida y obra. Es uno de los pensadores católicos relevantes del siglo XIX. Nació en Rovereto en 1797. Estudió derecho y teología en la Universidad de Padua. Se ordenó sacerdote a los 24 años. Luego vivió en Roma y Milán y fundó una congregación religiosa en Domodossola. Vivió con el Papa Pio IX en Gaeta y luego marchó a Stressa donde permaneció hasta su muerte a sus 58 años en 1855. Su filosofía está olvidada por diversos motivos. Tal vez el más relevante sea que, tras la muerte de Rosmini, León XIII a través del decreto Post Obitum del Santo Oficio condenó 40 tesis suyas en 1887. Sin embargo, Juan Pablo II rehabilitó su pensamiento en la encíclica Fides et ratio y el autor fue beatificado por Benedicto XVI.

Rosmini conoció, al menos, la filosofía de Platón, Aristóteles, San Agustín, Tomás de Aquino, Descartes, Malebranche, Leibniz, Locke, Hume, Kant, y Hegel. Entre sus variadas obras (ocupan 30 volúmenes) la más célebre de las filosóficas es el Nuevo ensayo sobre el origen de las ideas. Junto a ésta cabe mencionar otras como Principios de ciencia moral, Antropología, Filosofía de la política, Filosofía del derecho, Teodicea, Psicología, Lógica, Teosofía, Antropología sobrenatural, etc. Su intención era poner la filosofía al servicio de la teología y, para eso, purificar sobre todo a la filosofía moderna de los errores (empirismo, sensismo, materialismo, eclecticismo, etc.) que la hacen incompatible con la revelación y el cristianismo.

6.2. Filosofía de perfil platónico. Para Rosmini los conceptos universales son resultado de la aplicación de la ‘idea de ser’ a las sensaciones particulares. Y como esa idea es ‘universal, objetiva, eterna’ (como las de Platón), no puede ser sino innata, aunque tomemos conciencia de ella a través del lenguaje. La idea innata de ser universal informa la percepción empírica recibida por los sentidos dando lugar a una idea universal determinada. Nótese la deuda de esta propuesta con la teoría del conocimiento de Kant cuando éste explica el conocer racional como el acople de un ‘a priori’, la ‘forma’, el concepto, con un ‘a posteriori’, la ‘materia’, una imagen, que el pensador de Königsberg expresó con esta sentencia: ‘los conceptos sin intuiciones son vacíos; las intuiciones sin conceptos son ciegas’. Si en Kant hay un intento de hacer corresponder un objeto pensado con un objeto conocido de la imaginación, en Rosmini hay un intento de hacer corresponder la idea innata más general de la razón, la ‘idea de ser’, con un objeto sensible conocido. Ambas propuestas son erróneas por dos motivos: a) porque es el conocer, no lo conocido, el que forma o presenta lo conocido; b) porque el conocer forma o presenta su propio objeto conocido, no el de una facultad distinta. 

Debido a este ‘a priori’ ideal, Rosmini entendió el ‘intelecto agente’ de Aristóteles, a veces como un ‘acto’ innato a la razón, otras como ‘virtud’ innata a ella, otras como una ‘especie’ o ‘forma’ innata a esta potencia, es decir, como una ‘idea primitiva’ que sirve de instrumento o norma para normar todas las demás ideas. En consecuencia, intelecto agente y posible serían la misma potencia, solo que se trataría de dos funciones distintas, parecer que en modo alguno es aristotélico. Admitió también que todo conocer es según ideas (también esto es erróneo), y que éstas son lo más relevante, lo cual equivale a subordinar el conocer a lo conocido, secundando así la teoría platónica del conocimiento y rechazando la aristotélica. ¿Distinción respecto de Platón? Que si bien el pensador griego admitió pluralidad de ideas eternas en un mundo aparte, el italiano admite solo ciertas ideas indeterminadas y universales que son innatas en la razón. Precisamente eso es lo que le reprochó a Leibniz: no admitir en la razón alguna ‘idea general nativa’ con ayuda de la cual después se puedan formar las demás ideas.

¿Qué implica que la ‘idea de ser’ sea innata y condición de posibilidad de las demás ideas? Al menos estas cosas: 1º) que para Rosmini lo activo, más que el conocer, es lo conocido: ‘lo inteligible es el agente’; 2º) que ‘los inteligibles, cuando están en acto, son la misma inteligencia o entendimiento posible’; 3º) que entiende a la inteligencia como ‘potencia viva’, es decir, nativamente activa; 4º) que ésta se auto-activa, o sea, que ‘cuando quiere, se escribe a sí misma’. Lo que precede implica sostener que ‘los inteligibles son la misma mente en acto’ y que ésta se activa y se conoce a sí misma, lo cual supone aceptar la teoría de la reflexividad. Otra implicación de la ‘idea de ser’ que el hombre tiene impresa en su mente es que en ella se da una visión abstracta de Dios, una idea general que comprende la esencia de todas y cada una de las criaturas. A esta opinión se le ha llamado ‘ontologismo’, la cual defiende que el conocimiento de Dios, por lo menos habitual, es esencial al entendimiento humano, de suerte que sin él no se puede conocer nada, ya que tal idea es luz intelectual. En rigor, mantiene la evidencia inmediata de la existencia de Dios. Que esto es incorrecto se verá al final.