LA FILOSOFÍA EN SU HISTORIA (J.F. SELLÉS)

8. Teología natural

8.1. Existencia de Dios. Escoto afirma que si se toma el nombre de Dios por la esencia divina, la proposición ‘Dios es’ es evidente de suyo. Pero si tomamos el nombre de Dios por algún concepto nuestro del ser divino, entonces tal proposición no es evidente por sí. De manera que nuestros conceptos sobre Dios no nos manifiestan de modo evidente que Dios exista. Por eso rechaza el argumento ontológico de San Anselmo. Esto implica que niega validez a las demostraciones ‘a priori’ y se la otorga a las demostraciones ‘a posteriori’, las que parten de las criaturas. Ofrece tres pruebas, pero para Escoto las tres son problemáticas si parten de los seres contingentes, ya que, según su lógica modal, de lo contingente no se puede deducir lo necesario. Por tanto, tienen que partir de la ‘posibilidad’ de los entes, porque de tal posibilidad se puede deducir la necesidad.

a) Eficiencia. Se trata de ir de los efectos a la causa, pero no se parte de que existan efectos reales, sino de que hay ‘efectibles’ por otro. Así, los efectibles por otro requerirán que sea posible un eficiente primero. Y si éste es posible, será necesario. Algún ente es ‘efectible’; luego, lo es por sí, o por nada, o por otro. No por nada, porque la nada no es causa. No por sí, porque nada se efectúa a sí. Luego es por otro. No cabe proceso al infinito de eficientes por otro, porque la infinitud de ellos es imposible. Luego es necesario poner un eficiente primero.

b) Finalidad. Se trata de ir de lo finalizado a quien otorga la finalización, pero no se parte de que existan seres reales finalizados, sino de que hay ‘finalizables’ por otro para llegar a un primer finalizante. Y si éste es posible, será necesario. Algún ente es finalizable; luego, lo es por sí, o por nada, o por otro. No por nada, porque la nada no es causa. No por sí, porque nada se finaliza a sí. Luego es por otro. No cabe proceso al infinito de entes finalizables por otro, porque la infinitud de ellos es imposible. Luego es necesario poner un finalizante primero.

c) Grados de perfección. Se trata de ir de lo menos a lo más, pero no se parte de que existan seres que sean menos perfectos, sino de que los tales son posibles. Hay seres formalmente limitados en perfección. Debe existir un ente que sea primero, incomposible con otro anterior. Por tanto, existirá un ente supremo ilimitado en perfección.

Luego Escoto une las tres pruebas, diciendo que ‘el primer eficiente’ obra por ‘el fin último’ y es a la vez ‘el primer eminente’ en los grados de perfección. Añade que esa triple primacía es propia de un único principio, porque es un ser necesario. En suma, Escoto parte de lo posible y concluye en lo necesario. Luego indica que ese ser necesario sólo puede ser uno y único.

8.2. Esencia de Dios. Es usual distinguir en la esencia divina entre los atributos entitativos y los operativos. Escoto también procede así, pero cambia cual es primero en uno y otro ámbito. 

a) Atributos entitativos. El más importante para Escoto es la infinitud. El segundo, que el ente infinito es único, porque es imposible que haya dos intelectos infinitos, dos voluntades infinitas, dos bondades infinitas, dos poderes infinitos, dos seres necesarios infinitos, dos omnipotencias infinitas. No puede haber dos por que a uno le faltaría lo del otro. Por tanto, no serían infinitos.

b) Atributos operativos. Escoto indica, siguiendo la estela de la tesis agustiniana de las ideas en la mente divina, que tanto la inteligencia de Dios como la voluntad divina son infinitas, porque se extienden a una infinitud omniabarcante de objetos entendidos y queridos, siendo su conocer y su querer idénticos a su esencia. También subraya la omnipotencia divina, lo cual indica que Dios tiene una ‘potencia infinita’, tesis con la que se opone a la aristotélico-tomista según la cual Dios carece de potencia puesto que es Acto Puro.