LA FILOSOFÍA EN SU HISTORIA (J.F. SELLÉS)

3. La Reforma protestante

Como el Renacimiento, esta reforma se opuso de manos de su fundador, Martín Luero, a la filosofía escolástica, pero por un motivo distinto. No fue, como aquél, por una concepción naturalista del hombre, sino por una visión espiritualista de él designada con el vocablo ‘fideísmo’. Lutero atacó con ahínco a Aristóteles, a Santo Tomás de Aquino y a los escolásticos. Descalificó la razón humana oponiéndola a la fe. El protestantismo abrió una época de crisis, no sólo para la Iglesia, sino también para el pensamiento. Sin embargo, suele decirse que las épocas de grandes crisis son, a la par, épocas de grandes santos y de grandes logros. Se pueden considerar excepciones a este periodo de crisis Sta. Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz, pero éstos no fueron filósofos sino teólogos y místicos.

3.1. Felipe Melanchthon (1597-1560). El Praeceptor Germaniae nació en Bretten, estudió en Heidelberg y Tubinga, y fue profesor en Wittenberg, donde tuvo a Lutero por ‘padre espiritual’ y al que estuvo unido: ‘Antes moriría que separarme de Lutero’. En Wittenberg fue su continuador en la Reforma, siendo siempre laico. Influyó en Leibniz y Wolff. Murió en Wittenberg. Obras filosóficas suyas son Compendiaria dialectices ratio, De philosophia, Ephitome philosophia moralis, Prolegamena al De officiis de Cicerón, Enarrationes librorum Ethicorum Aristotelis, Ethicæ doctrinæ elementa, Liber de anima, Initia doctrinæ physicæ.

a) Mundo. Prestó atención a las ciencias naturales y experimentales. Defendió que no se enseñase la Física aristotélica, porque era teórica, sino la Historia Natural de Plinio el Viejo, que exponía cuestiones prácticas.

b) Hombre. Admitió cierto innatismo noético. Siguió la doctrina nominalista de los universales y las tesis de este movimiento sobre la demostración de la inmortalidad del alma humana. Si en unos textos filosóficos vinculó la libertad a la voluntad, solo que veía a ésta –como a la razón– debilitada por el pecado original, en sus teológicos Lugares comunes negó la libertad a las acciones internas y externas del hombre de cara al destino. De la distinción real aristotélica entre intelecto agente y posible en el hombre, afirmó que se trata de un solo conocer con múltiples oficios, tesis nominalista.

c) Dios. Propiamente no se puede decir que en Melanchthon haya una teología natural, porque para él la filosofía actúa como un instrumento (como la gramática, la retórica o la lógica) para la comprensión de la fe religiosa, fe a la que entendía como confianza, aunque no le negase cierto conocer –como se lo había negado Lutero–, aunque lo más importante de dicha fe no sea el conocer.