LA FILOSOFÍA EN SU HISTORIA (J.F. SELLÉS)

2. El personalismo de M. Nédoncelle

Según Nédoncelle pertenecen al personalismo estos pensadores: M. Scheler, N. Berdiaev, T. Flewelling, L. Laberthoniere, E. Mounier, J. Lacroix, P. Landsberg, P. Ricoeur, D. Rougemont, L. Lavelle, R. Le Senne, G. Marcel, J. Maritain, G. Madinier, G. Berger, G. Bastide, J. Nabert, Lachièze-Rey y A. Forest. Pero seguramente es Maurice Nédoncelle el más representativo. Fue un pensador tan intuitivo y profundo como injustamente olvidado en el siglo XX. Él mismo se incluyó dentro del personalismo, movimiento filosófico que él caracteriza por: 1º) Entender que el amor y la persona están intrínsecamente unidos. 2º) Comprender que la pluralidad y distinción entre las personas humanas se explica por un Dios personal. 3º) Entender lo impersonal desde las características personales. A los precedentes rasgos, añadió que de ellos se derivan tres consecuencias metafísicas: 1ª) Conviene modificar las categorías ontológicas del pensamiento clásico (ente, causa, sustancia, cantidad, cualidad…), porque éstas, que son apropiadas para atribuirlas a las cosas, no lo son para predicarlas de las personas. 2ª) Se debe revisar asimismo la teoría del conocimiento clásica y moderna, porque las personas, a distinción de las cosas, se conocen por relación personal. 3ª) Es menester cambiar la mentalidad respecto de la apertura al ser divino, porque éste ya no se alcanzará mirando hacia fuera, sino hacia dentro y, por tanto, se descubrirá como ser personal, más aún, como pluripersonal. De lo que precede derivan estas consecuencias axiológicas: 1ª) Como cada persona es distinta, hay que tratarla como tal. 2ª) La antropología no se confunde con la ética. 3ª) Se requiere un cambio de mentalidad política y social.

2.1. Vida y obras. Nació en 1905 en Roubaix (Francia). Estudió en el seminario de San Sulpicio de París, estudios que prolongó en la Sorbona. Fue ordenado sacerdote a sus 25 años en 1930. Realizó sus estudios doctorales en la Universidad de Lille, donde obtuvo el doctorado en Letras en 1936. De 1930 hasta 1945 fue profesor de filosofía en el Collège Albert-de-Mun, y entre 1943 y 1945 en las Facultades Libres de Lille. Desde 1945 hasta 1975 fue profesor de teología católica en la Universidad de Estrasburgo. Allí obtuvo su segundo doctorado, esta vez en teología, el año 1946. Fue posteriormente Decano de su Facultad desde 1956 hasta 1965. En su vida académica aunó filosofía y teología. Entre otros títulos académicos, recibió el nombramiento de Doctor honoris causa por la Universidad de Lovaina. Murió en Estrasburgo en 1976. Leyó a Bergson, Blondel y Brunschvicg, Laberthonnière y, sobre todo, al 2º Scheler. De Nédoncelle tenemos publicados 22 libros y unos 150 artículos (muchos de los cuales conforman dos de sus obras últimas: Exploraciones personalistas e Intersubjetividad y ontología). De entre los primeros las principales publicaciones antropológicas son las siguientes: La reciprocidad de las conciencias. Ensayo sobre la naturaleza de la persona, La persona humana y la naturaleza, cuya 2º edición –20 años posterior– lleva por título Persona humana y naturaleza. Estudio lógico y metafísico; Hacia una filosofía del amor, cuya 2ª edición, bastante ampliada, se titula Hacia una filosofía del amor y de la persona, Conciencia y logos. Horizontes y métodos de una filosofía personalista, Exploraciones personalistas, e Intersubjetividad y ontología. El desafío personalista. De menor relevancia es La fidelidad.

2.2. Filosofía. Es fundamentalmente antropológica. En esta materia es capital su distinción entre persona y naturaleza humana. Asimismo, en algunos textos afirma que “mi libertad es mi persona”, de modo que la libertad sería, para él, un trascendental personal. No es explícito en sus textos, en cambio, que el conocer y el amor personal sean trascendentales personales. En antropología defiende estas tesis: 1ª) El hombre no es simple, si bien es unitario. 2ª) Las distinciones reales más radicales en él son las de persona y naturaleza humana. 3ª) Persona equivale a espíritu, interioridad, y ésta constituye en el hombre, más que el cuerpo, el principio de individuación. Por eso, el vocablo ‘persona’ designa una realidad singular; no una ‘idea general’. 4ª) La naturaleza humana es una para el género humano, es decir, es común a todos los hombres, mientras que las personas son, por distintas, múltiples. 5ª) Persona indica relación, comunicación de ser; no mónada o aislamiento. Por eso las categorías de ‘sustancia’, ‘accidente’ y ‘naturaleza’ no le son apropiadas. 6ª) La persona es, en rigor, realmente distinta de la personalidad y del yo, porque hay varias formas (tipos) de ‘personalidad común’ o de ‘yoes’, pero cada persona es irrepetible. 7ª) La persona humana depende de Dios y se describe en orden a él (esse ad Deum); la naturaleza humana deriva de nuestros padres y es para la persona que la encarna. 8ª) La persona es inmortal; la naturaleza humana es mortal. El mal radical de la primera es la despersonalización; el de la segunda, la muerte. El primer mal es libre; el segundo, inexorable. 9ª) El ‘yo ideal’ es superior a la persona que se es, pues es la vocación o persona que se está llamada a ser. Se puede hacer equivalente a la ‘esencia’ humana, la cual es superior a lo que ordinariamente se entiende por ‘existencia’.

Por otra parte, dio mucha relevancia a la intersubjetividad, de la que afirmó: 1º). La persona humana es nativa o constitutivamente abierta a las demás personas. 2º) La relación a las demás personas es doble: humana, que siempre es limitada; y divina, que puede ser completa. 3º) La relación personal es libre, cognoscente y amante. 4º) La percepción del otro es solidaria de la percepción de sí. 5º) El conocimiento de las demás personas no puede ser racional, sino superior a la razón (‘reciprocidad de las conciencias’). 6º) Las acciones que más manifiestan nuestro ser personal son las que condensan mayor contenido moral. 7º) La ‘causalidad intersubjetiva’ debe ser entendida no según el modelo predicamental de la causalidad física, sino según el influjo personal libremente aceptado. 8º) La ‘reciprocidad de las conciencias’ entre el ‘yo’ y el ‘tú’ conforma el ‘nosotros’. 9º) En lo real existen dos tipos de relaciones compatibles entre sí: la comunicación del ‘ser’, y la comunión de las ‘personas’.

En cuanto a la vinculación personal con Dios defiende estas tesis: 1ª) La persona humana está abierta nativamente a Dios, es decir, tal apertura es constitutiva, no adquirida; por tanto, coincide con el ser de la persona humana. 2ª) La relación de la persona humana con Dios se encuentra en lo más radical de ésta y marca su novedad e irrepetibilidad. 3ª) La relación de la persona humana a Dios es libre, cognoscente y amante. 4ª) La persona humana es consciente de dicha relación. 5ª) Tal relación durante la vida presente, a la que se puede llamar ‘vocación’, es un proyecto a desarrollar; por tanto, es creciente si se acepta, o decreciente si se rechaza. 6ª) La relación personal humana con Dios demuestra que Dios en el creador de cada persona humana; por tanto, que Dios guarda una relación con cada una. 7ª) La relación personal humana con Dios puede ser elevada por éste. 8ª) La relación personal humana con Dios demuestra que Dios es personal; por tanto, que es libre, cognoscente y amante. 9ª) La relación personal humana con Dios demuestra que Dios es pluripersonal; por tanto, que es imposible que en Dios exista una única persona.