LA FILOSOFÍA EN SU HISTORIA (J.F. SELLÉS)

8. El pensamiento débil: R. Rorty y G. Vattimo

Tras negar el principio de no contradicción a nivel teórico (Derrida) todavía quedaba algo más, negarlo a nivel práctico y vivir la vida ordinaria de acuerdo con esa negación, y esto es lo que se advierte en los representantes del pensiero debole. “Por ejemplo, dice Gianni Vattimo: invenciones de pobre, nada de grandes ambiciones heroicas, contentémonos con un mediano pasar, seamos menos ambiciosos y así nos desengañaremos menos. Una postura verdaderamente tímida. El desplome postmoderno”. Polo, L., Quién es el hombre, 41.

8.1) R. Rorty. a) Vida y obras. Nació en New York en 1931. Estudió filosofía en la Universidad de Chicago. Trabajó primero en el Wellesley College, y luego en las universidades de Princeton, Virginia y Stanford. Leyó a Nietzsche, Peirce, Dewey, Quine, etc. Murió en 2007. Entre su obras se pueden mencionar: La filosofía y el espejo de la naturaleza, Consecuencias del pragmatismo, Contingencia, ironía y solidaridad, Objetividad, relativismo y verdad, Ensayos sobre Heidegger y otros pensadores contemporáneos, Verdad y progreso, etc. Formado en la tradición analítica, el pragmatismo y la hermenéutica relativista e historicista, se comprende su actitud antimetafísica, escéptica y nihilista. Obviamente, con estas pautas el tema de Dios queda en entredicho, pues él estuvo cerrado a la trascendencia.

b) Filosofía. Es, como la de los precedentes autores, crítica respecto de la filosofía moderna (Descartes, Kant, Hegel), y defensora de quienes la criticaron (Nietzsche, Heidegger), porque, según él, todo lenguaje con que la filosofía se formula depende de un contexto cultural variable, tesis con la que incurre en un culturalismo similar al de los autores estudiados en este capítulo. Para él, nuestro pensamiento no refleja la realidad, y el lenguaje tampoco refleja bien el pensamiento (como se puede apreciar, se trata de una reposición tardía de la tesis de Gorgias). En consecuencia, no cabe verdad universal, sino ideas que dependen de intereses humanos según contextos culturales cambiantes e inconmensurables (como es obvio, esta afirmación implica contradicción). Además, afirma que las diversas filosofías son incomparables y, desde luego, no se puede decir que una sea más verdadera que otra. ¿Cómo optar por una u otra? Eligiendo democráticamente –‘la democracia es innegociable’– (como se ve, defiende la democracia intelectual, lo cual equivale a un quid pro quo). Si dota al hombre de un alcance cognoscitivo tan escaso, no es raro que defienda el evolucionismo darvinista. Dependencia del pensamiento respecto del lenguaje; sometimiento de la razón a la voluntad; crítica de ser y defensa de la contingencia. En suma: nominalismo, voluntarismo, contingentismo. ¿Cómo no ver detrás la sombra de Ockham?

8.2. G. Vattimo. a) Vida y obras. Nació en 1936 en Turín. Estudió filosofía, primero en su ciudad y luego en Heidelberg. Impartió docencia en la Universidad de Turín. Fue director de la Rivista di Estética y editor de la revista Filosofía. Leyó a Aristóteles, Schleiermacher, Nietzsche, Heidegger, Pareyson, Gadamer, etc. Libros suyos son: El pensamiento débil, El fin de la modernidad: nihilismo y hermenéutica, Las aventuras de la diferencia: pensar después de Nietzsche y Heidegger, etc. Se declara homosexual y ha sido activista de partidos políticos de izquierda hasta llegar a ser diputado en el parlamento europeo. Sigue a Heidegger por lo que a la secularización de la filosofía se refiere; por lo que la considera inmanente y cerrada a la trascendencia.

b) Filosofía. Como Rorty, piensa que las diversas corrientes de filosofía son inconmensurables: unas se suceden a otras, pero ni se esclarecen ni cabe esclarecerlas en orden a la verdad. El último gran intento fue el del idealismo, pero como no lo consiguió, eso demuestra que la búsqueda de la verdad es estéril, ya que la razón no es capaz de fundamentarla (‘no ha existido jamás una verdad absoluta’), y por eso, más que verdad, las filosofías y las religiones han producido violencia y fanatismo (porque admiten dogmáticamente que unas formas teóricas o morales son superiores a otras) y han imposibilitado la libertad espontánea. No hay ninguna verdad estable (obviamente este tesis se autocritica). Por tanto, a falta de verdad hay que abrirse a las diversas formas culturales y éticas regionales e intentar comprenderlas y respetarlas porque todas tienen igual dignidad, ya que manifiestan que lo real es plural, fragmentado, no unitario, móvil y cambiante, como el ser de Heráclito. La filosofía de Vattimo es nihilista no sólo porque no admite un sentido definitivo, sino también porque relativiza el sentido de los astillados trozos de sentido que quedan tras haber roto el definitivo.