LA FILOSOFÍA EN SU HISTORIA (J.F. SELLÉS)

8. La Escolástica Renacentista Jesuita

La Compañía de Jesús, recién fundada en 1540 por San Ignacio de Loyola, tuvo una misión netamente formativa. Entre sus autores representativos de este periodo cabe reseñar a San Roberto Belarmino y Baltasar Gracián, quienes no escribieron de filosofía, y a los siguientes, que sí lo hicieron:

8.1. Pedro de Fonseca (1528-1599). El ‘Aristóteles portugués’ nació en Cortiçada (Portugal). Estudió en las universidades de Coimbra y Évora, de las cuales luego sería profesor. Murió en Lisboa. Sus obras son: Institutiones dialecticae y su pormenorizado Commentariorum in Metaphysicorum Aristotelis Stagiritae libros en 4 tomos.

a) Mundo. Comenta punto por punto cada realidad abordada Aristóteles en su Metafísica: las cuatro causas, la sustancia, los accidentes, el cambio, la potencia y el acto, los primeros principios, etc.

b) Hombre. Es animal racional. Trató de la conciliación entre la libertad humana y el conocimiento divino (ciencia media).

c) Dios. Es Acto Puro. Es su existencia y su esencia. Es la primera verdad, el bien por esencia. Su sabiduría es causa de lo real.

8.2. Francisco de Toledo (1532-1596). Nació en Córdoba, estudió en las universidades de Zaragoza y Salamanca, lugar este último donde postuló como jesuita y en el que se ordenó sacerdote. Enseñó en Roma, fue miembro de la Curia romana, de la que recibió varias misiones diplomáticas que llevó a cabo en algunos países europeos llegando más tarde a ser cardenal. Murió en la ciudad eterna. Aparte de sus escritos teológicos, en filosofía comentó la Lógica, La Física y el  De Anima de Aristóteles, además de In Summam Theologiae Aquinatis enarratio, en 4 volúmenes.

a) Mundo. Negó la distinción real tomista entre acto de ser y esencia en lo creado. Negó asimismo que la materia sea pura potencia. Afirmó que el principio de individuación corre a cargo de la forma, no de la materia. Sostuvo que es imposible que el universo haya sido creado ‘ab eterno’.

b) Hombre. Defendió el conocimiento directo del singular y que el intelecto agente ‘probablemente’ es una potencia distinta del posible.

c) Dios. Siguió a Tomás de Aquino.

8.3. Luis de Molina (1535-1600). Nació en Cuenca. Estudió en las Universidades de Salamanca, Alcalá y Coimbra. Fue jesuita y sacerdote. Enseñó en Coimbra, Évora y Madrid, ciudad esta última donde murió. Sus obras filosóficas son el De iustitia et iure, en 6 volúmenes, sus Comentarios a la Suma Teológica de Sto. Tomás, y el más célebre de todos, debido a la polémica con Báñez ‘De auxiliis’: Concordia liberi arbitrii cum gratia donis.

a) Mundo. Más que en cuestiones cosmológicas se ocupó de los bienes útiles. En filosofía de la economía defendió la libertad de los precios y los intereses; asimismo que el precio de los bienes depende de su utilidad estimada por el común de los hombres de cada región; entendió el dinero como medio de pago, medida y reserva del valor.

b) Hombre. Defendió el libre albedrío humano, que concurre simultáneamente con la omnipotencia divina. Las potencias del alma se especifican por sus objetos formales. En filosofía del derecho alguno le considera el fundador del derecho como facultad. Defendió que el poder reside en los gobernados, no en el gobernante.

c) Dios. Es célebre su tesis de que Dios conoce lo que el hombre va a realizar (ciencia ‘media’ que tomó de su maestro Pedro de Fonseca), con todo, tal conocimiento divino no determina la libertad humana.

8.4. Gabriel Vázquez (1549-1604). Nació en la provincia de Cuenca. Estudió en la Universidad de Alcalá, donde ingresó en la Compañía de Jesús. Enseñó en esa universidad, en Ocaña, Madrid y Roma. Luego volvió a Alcalá donde permaneció hasta el final de su vida. Su obra más destacada es el Commentariorum et Disputationum in Summam D. Thomae Aquinatis, pero también cuenta con unas interesante Disputationes metaphysicae y un comentario al De anima.

a) Mundo. Afirmó que es creado por Dios, que significa producido ‘ex nihilo’. Asimismo, que la distinción real tomista entre acto de ser y esencia en lo creado es una distinción solo de razón, porque ‘lo que es en acto no puede no ser, sino que existe por su esencia, es decir, que su esencia es su mismo ser’. La creación es una relación de lo creado al Creador que no se distingue realmente de la sustancia de lo creado y en el Creador no se distingue de su acción sobre lo creado.

b) Hombre. Sostuvo que la distinción entre persona y naturaleza humana no es real sino solo de razón. Por su parte, de la distinción real aristotélica entre intelecto agente y posible, afirmó que no existe el primero, porque con el segundo basta para conocer todo.

c) Dios. Afirmó que la existencia de Dios no es patente para todos los hombres y que se puede demostrar. A ella se accede, además de por fe sobrenatural, por las vías cosmológicas, por la vía moral como al dador del premio a la virtud, y por el argumento ontológico de San Anselmo. En cuanto a la esencia divina dijo que es incorpórea, espiritual, al margen de los predicamentos, que Dios está en todas partes, en las cosas que son, fueron y serán, en unas por esencia, potencia y presencia; en los hombres, además de por gracia, está como lo conocido en el cognoscente. Concibió la eternidad como permanente duración sin término.

8.5. Antonio Rubio (1548-1616). Unos sostienen que nació en la provincia de Valladolid; otros que en la de Albacete. Estudió en la Universidad de Alcalá. Fue jesuita. Enseñó en las universidades de México y de Alcalá. Murió en Alcalá de Henares. Entre sus obras filosóficas están varios comentarios a las obras de Aristóteles: a la Lógica, al De coelo et mundo, al De Anima, a la Física y al De generatione et corruptione y unas Quaestiones quodlibetae.

a) Mundo. Defendió la pluralidad de los mundos posibles.

b) Hombre. Sostuvo que el alma es el acto primero del cuerpo, que está compuesta de potencias vegetativas, sensibles e inmateriales: inteligencia y voluntad. Defendió que intelecto agente y posible son dos potencias distintas, siendo superior la segunda.

c) Dios. Nada especial que destacar.

8.6. Francisco Suárez (1548-1617). El Doctor Eximius nació en Granada. Estudió en la Universidad de Salamanca, donde ingresó en la orden jesuita. Enseñó filosofía en Segovia donde fue ordenado sacerdote, Ávila, Valladolid, Roma, Alcalá de Henares, Salamanca y Coimbra. Murió en Lisboa. Su obra filosófica más conocida son sus Disputationes Metaphysicae. Famoso es también su tratado De legibus. Otras obras menos conocidas son su De Anima y De Deo uno et trino. Con todo, téngase en cuenta que en una de las ediciones de sus Obras Completas sus escritos ocupan 26 volúmenes más 2 de Índices.

a) Mundo. No admitió la distinción real tomista entre esencia y acto de ser, que para él es una distinción de razón. En virtud de ello, su posición se ha denominado ‘esencialismo’. En el problema de los universales consideró que las realidades son singulares y que lo universal no puede ser real, posición que le acerca al nominalismo. Con todo, afirmó que la materia no es potencia pura, lo cual es correcto.

b) Hombre. Compuesto de alma y cuerpo. Suárez sólo acogió como probable la distinción real entre el alma y sus potencias. Sostuvo la superioridad de la voluntad sobre la inteligencia, lo cual le inclina al voluntarismo. No aceptó la distinción real entre entendimiento agente y posible, tesis escotista. Afirmó que el hombre conoce intelectualmente de modo directo los singulares. En filosofía del derecho defendió la ley natural y criticó la moderna teoría del contrato social así como el despotismo ilustrado (por esto último los jesuitas serían expulsados de algunos reinos).

c) Dios. Defendió la posibilidad de que la razón y la fe pueden llegar a la misma verdad. Describió a Dios como ‘ens infinitum’, por contraposición a los entes finitos.

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Junto a los precedentes pensadores, que pasan por ser los más célebres, se puede anotar una larga lista de neoescolásticos renacentistas hispanos, así como sus obras más importantes. Muchos de ellos, destacaron por sus trabajos de lógica, economía, derecho, teología sobrenatural etc., por lo que los omitiremos. Los que sí trataron del mundo, hombre o Dios fueron: Jerónimo Pérez, Commentaria Super I Partem S. Th., Domingo de Valtanás, Aristóteles. Compendio de Filosofía Natural, Pedro de Hermosilla, De Formalitate sive de identitae et distinctione rerum tractatus, Alonso de Veracruz, Psysica Speculatio, Francisco Zumel, Metafísica; Filosofía Moral, Juan Sánchez Sedeño, Commentaria in Aristotelis Metaphysicam, Melchor Coronado, Tractatus de existentia creata, Blas Verdú de Sans, Disputatio de rebus universalibus; Opuscula philosophica, Pedro de Tapia, De virutis et vitiis in specie; Commentaria in I et in III Partem Divi Thomae, Antonio de la Madre de Dios, De Anima (Complutenses Carmelitani), Blas de la Concepción, Metaphysica in tres libros divisa (Complutenses Carmelitani), Miguel Villaverde, Cursus artium ad mentem Doctoris Subtilis, Juan Merinero, Commentarii in universam Arsitotelis Dialecticam; Cursus integer philosophiae iuxta mentem Duns Scoti, Alonso Briceño, Celebriores controversiae in I Librum Sententiarum Scoti, Juan Martínez de Prado, Quaestiones philosophiae naturalis; Super tres libros De Anima, Sebastián Izquierdo, Pharus scientiarum, Francisco de Oviedo, Integer Cursus Philosophicus, Tomas Llamazares, Cursus Philosophicus ad mentem Scoti nova methodo disposita, Vicente Farre, Tractatus theologici in I et II Partem S. Thomae, 8 vols; Tractatus de virtutibus theologicis et vitiis eius oppositis, Jacinto de la Parra, Artium Cursus (4 vols), Domingo Pérez, De Scientia Dei; In tres Aristoteles libros De Anima Quaestiones (Cursus Complutensis), José Sáenz de Aguirre, De virtutibus et vitiis; Philosophiae moralis ab Aristotele tradita, Juan de la Natividad, Cursus integer philosophiae ad mentem Subtilis, (5 vols), Juan de San Miguel, De scientia Dei, Pedro Manso, Cursus Philosophicis ad mentem Aegidii Romani, (5 vols), Juan de Alcántara, Apologia Theologiae Scholásticae, (6 vols). Con esta breve muestra el lector puede percatarse de la relevancia de la Escolastica Renacentista española durante los siglos XVI y XVII.

Por lo que respecta a los siglos XVIII y XIX el escenario del escolasticismo fue más europeo. Así destacaron: Billuart, Ch. R., Summa Sancti Thomae, hodiernis Academiarum moribus accomodata, sive Cursus Theologiae iuxta mentem et litteram divi Thomae, (Prima secundae), Salvatore Maria Roselli, Summa Philosophiae (6 vols), Baltasar Masdeu, Positiones logicae, metaphysicae, ethicae, y la Ethicae seu moralis philosophiae epitome, Vincenzo Buzzetti, Institutiones sanae philosophiae iuxta D. Thomae atque Aristotelis inconcussa dogmata, Zeferino González, Estudios sobre la filosofía de Sto. Tomás, la Philosophia elementaria, M. Th., Coconnier, fundador de la Revue Thomiste y autor de L´âme humaine: existence et nature, F., Gardair, Corps et âme, La nature humaine, La connaissance, Les vertus naturelles, J. Kleutgen, Institutiones philosophiae practicae, La filosofía antigua defendida, Sobre el intellectus agens y las ideas connaturales, Mercier, Metaphisique generalePsicologie. Los pensadores neoescolasticos del siglo XX se atenderán en el tema 6 de la Parte IV.