LA FILOSOFÍA EN SU HISTORIA (J.F. SELLÉS)

8. El buen salvaje

Rousseau no trabajó en ningún tema de filosofía teórica, sino que se empleó en ética, educación y política, es decir, en áreas de filosofía práctica. En ellas acuñó la noción de ‘buen salvaje’, expresión con la que describió al hombre en estado de naturaleza. Como, según él, es la sociedad la que torna malo al hombre, éste debe seguir su inclinación natural, en la cual no hay nada de racional y voluntario, sino exclusivamente sentimental. ¿Qué será, por tanto, ético? Será, en exclusiva, seguir la inclinación natural del sentimiento. En esto último coincidió con Hume.

Si el mal proviene del orden social, lo que –según Rousseau– hay que cambiar es la política, la ética y la educación establecidas. Lo primero lo abordó en El contrato social y en el Discurso sobre el origen de las desigualdades. Lo segundo, en La nueva Eloisa. Lo tercero, en el Emilio.

8.1. El contrato social. En él defiendió que el hombre ha nacido libre y que la sociedad lo encadena; que todos los hombres son iguales y que son los estamentos sociales los que esclavizan a los ciudadanos inferiores a la autoridad de los superiores. Por tanto, hay que encontrar una forma social con la que todos pacten y que defienda la libertad individual de cada uno. ¿Cómo lograrla? Poniendo cada uno su voluntad particular al servicio de la ‘voluntad general’. Así no habrá ni rey ni estamentos, sino que todos formarán un solo cuerpo. Y el que rehúse formarlo ‘debe ser obligado’ por todos los demás y sin reparo, porque ‘la voluntad general es siempre recta’. Así, todos perderán su libertad natural, que se puede torcer, y ganarán la civil que siempre es recta y, por tanto, todos saldrán ganando. La soberanía es, pues, de todos: se trata del poder legislativo. Pero en tal sociedad también se requiere de un gobierno, de un poder ejecutivo, que serán los administradores del pueblo.

8.2. El Discurso sobre el origen de las desigualdades concreta sobre El contrato social que las desigualdades son de dos tipos: físicas (edad, salud, fuerza, cualidades) y morales, exclusivamente sociales (privilegios, riquezas, honores, poder), las cuales son contrarias al estado natural del hombre. La raíz de estas desigualdades comenzó con el derecho de propiedad. Desde entonces los ricos se aprovechan de los pobres. Para vencer ese poder se aunaron las fuerzas de todos los ciudadanos pactando entre el pueblo y los jefes un nuevo orden social. Pero éste consolidó la desigualdad en beneficio de los ricos y poderosos. Por tanto, hay que romper con la sociedad establecida y retornar al estado de naturaleza, del buen salvaje, del hombre libre.

8.3. La nueva Eloisa. Es una novela epistolar inspirada en el filósofo medieval Pedro Abelardo y su amante Eloisa. En ella se defiende la autonomía individual y el sentimiento frente a los principios éticos racionales y establecidos socialmente.

8.4. El Emilio. Es un ensayo sobre educación en el que tras defender la bondad humana natural y criticar la corrupción social, Rousseau propone dejar rienda suelta a la naturaleza humana del niño hasta los 12 años para que se desarrolle por sí misma según la libertad individual de cada quién apartándolo de toda influencia social y moralizante. De los 12 a 15 años –añade– conviene enseñarle física, geografía, astronomía… de modo experimental sin clases ni libros. De los 15 a los 22 conviene hablarle de moral por medio del sentimiento. Tras esto, se le debe hablar del matrimonio.