LA FILOSOFÍA EN SU HISTORIA (J.F. SELLÉS)

1. La fenomenología pura de E. Husserl

1.1. Vida y obra. De familia judía nació en 1859 en Prosznitz. Estudió matemáticas en la Universidad de Viena y filosofía en la de Halle, donde comenzó su docencia a los 28 años, que siguió en Gotinga a los 42 y en Friburgo a los 57 hasta su jubilación. Fundó una revista de fenomenología en 1913. Leyó a Leibniz, Locke, Hume, Kant, Herbart, Bolzano y Brentano. Sus obras más célebres son: Investigaciones lógicas, Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica y La idea de la fenomenología. Las tres versan sobre teoría del conocimiento. Tuvo como discípulos a célebres filósofos: Reinach, Pfänder, Geiger, Koyré, Stein, Scheler, Heidegger, y von Hildebrand. No practicó de joven la religión judía. Se bautizó en la iglesia luterana a los 27 años. Fue luterano, pero no creía en la divinidad de Cristo hasta que se fue convenciendo poco a poco al final de sus días.

1.2. Síntesis de su fenomenología. Se expone resumiendo sus tres libros más relevantes.

a) Investigaciones lógicas (1900-1) está conformado por dos amplios volúmenes cuyo contenido gnoseológico es el siguiente: El Iº es de consideraciones ‘lógicas’, pues en él lo que no pertenece a los objetos pensados (en especial los lógicos, a los que Husserl asimila a los matemáticos), es considerado como ‘psicologismo’, es decir, como dimensiones humanas cambiantes y, por ende, caducas, propias de una disciplina, la psicología, a la que describe como ‘ciencia empírica, la ciencia de los hechos psíquicos’. Husserl está preocupado por mostrar que la verdad no es ni un hecho físico, ni una dimensión humana; que es supratemporal y exclusivamente lógica. Lo que no es lógica, las otras dimensiones humanas, sean del estilo que sean, aún las inmateriales –actos de pensar, la facultad de la inteligencia, el sujeto–, Husserl las considera ‘psíquicas’, las tilda de ‘antropologismo’, y se considera a sí mismo como un ‘absolutista lógico’.

Una ventaja de Husserl frente al psicologismo (positivismo, materialismo, en el fondo) es la defensa del estatuto ideal de la verdad, que es de índole distinta a la de la realidad física. Para él, la verdad no se funda ni en el ‘ser’ extramental, como sostuvieron los más relevantes filósofos clásicos griegos y medievales (Aristóteles, Tomás de Aquino…), ni depende tampoco del ‘acto de pensar’ de la razón, sino que se basa en sí misma. Y como considera que la verdad está exclusivamente de parte de los objetos pensados o ideas, a Husserl se le puede encuadrar dentro del idealismo o del ‘objetualismo’, entendiendo por esto ‘la atenencia al objeto pensado’. Dar claridad a las ideas es, para Husserl, el supuesto de una fundamentación definitiva de la filosofía. Se trata de la ‘reducción fenomenológica’, una especie de ‘abstracción ideatoria’, según la cual la comprobación de situaciones objetivas fenomenológicas no puede tener nunca sus fundamentos cognoscitivos en la experiencia psicológica, ni en especial en la percepción interna, sino sólo en la intuición esencial ideatoria fenomenológica.

El IIº volumen continúa las indagaciones lógicas, es decir, el estudio de las propiedades de algunos ‘objetos’ pensados lógicos (‘todo’, ‘parte’…). Luego prosigue su indagación sobre lo que denomina ‘vivencias intencionales’, es decir, los ‘actos’, centrándose especialmente en el juicio. Atribuye la intencionalidad a los actos de conocer, interpretación que toma –como Husserl mismo confiesa– de Brentano. En el resto del libro, además de aludir al yo, trata de los actos del conocer humano –a los que llama ‘actos objetivantes’, ‘intuiciones sensibles, categoriales’–, como si de objetos pensados se tratase, pues lejos que estudiar su naturaleza o su índole activa, atiende al contenido noético por ellos conocido. De manera que sigue con su aludido ‘objetualismo’.

b) Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica (1913). Más extenso que el precedente, está conformado por tres volúmenes, y es la obra central en la que Husserl describe el ‘método fenomenológico’, el cual ha caracterizado a su entera filosofía, consistente en la ‘intelección esencial de vivencias’. En la Introducción escribe ‘que la fenomenología pura no es psicología’, porque no es ciencia de ‘hechos’, sino ciencia de ‘visión’ o ‘intuición’ de ‘esencias puras e irreales’ (ciencia ‘eidética’), de ‘esencias’ que, como ‘ideas’, están al margen de la ‘posición de existencia individual’, pues ‘las puras verdades esenciales no contienen la menor aserción sobre hechos’. Se trata, pues, de atenerse a los objetos pensados como tales. Para Husserl la fenomenología es una nueva ‘crítica de la razón’, del mismo estilo que la de Hume y Kant, y con sus mismos límites. Resumamos los tres volúmenes.

El vol. Iº alberga la misma ‘actitud objetivante’ que Las investigaciones lógicas, y lo lleva a cabo con las mismas disciplinas que en tal libro: ‘la lógica y las matemáticas’. Lo que le interesa a Husserl son las ‘cosas’ u ‘objetos’ en cuanto que ‘conocidos’, no en cuanto que reales, y le interesan asimismo, sus relaciones ‘sintácticas’, es decir, también ideales. Husserl sigue tomando a los actos de conocer –a los que llama nóesis– como intencionales, aunque también a la idea pensada. Admite, pues, ‘una intencionalidad noemática frente a la noética”. Y de la noemática o propia de los actos dice que es doble: una sobre el objeto y otra sobre el sujeto.

El vol. IIº versa sobre ‘la constitución de la naturaleza material’ (1ª Sección), ‘de la animal’ (2ª Sección) y ‘del mundo espiritual’ (3ª Sección). En la última parte distingue entre el ‘yo puro’ o ‘yo pienso’, y sus vivencias, pues el primero ‘se separa de la corriente de sus sucesos anímicos’. El ‘yo puro’ es –según Husserl– el núcleo de donde dimanan los actos, pero en rigor, aunque sé que ‘yo soy’ no sé ‘quién soy’. Añade que ve el mundo en cuanto conocido, no en cuanto real, pues con su método las cosas no se ven como realidades de la naturaleza que existan en sí, sino como cosas ‘experimentadas’ por el sujeto.

El vol. IIIº está dedicado al estudio fenomenológico de las distintas regiones de la realidad, a las relaciones de la fenomenología con la psicología, la ontología, y a clarificaciones de este método noético. En él Husserl se sigue ratificando en el método fenomenológico, descrito como ‘descripción puramente inmanente de lo dado en la intuición interna… una descripción que no constata hechos empíricos, sino, en la actitud de ‘ideación’, verdaderas conexiones eidéticas’, es decir, una actitud lógica centrada en los objetos pensados como tales y en la interconexión, asimismo lógica, entre ellos. Por lo indicado se comprende que su método noético no sea de la ‘experiencia’, porque ésta ‘es un término que designa actos que muestran la existencia’, sino  de la ‘intuición de esencias’, que ‘no capta de modo original hechos singulares existentes, sino esencias de generalidad ínfima o especies y géneros de generalidad superior’. Para él las verdades eidéticas son necesarias; las de experiencia, contingentes.

c) La idea de la fenomenología (1950). En esta obra tardía Husserl distingue entre la actitud intelectual natural y la filosófica o reflexiva, que es una crítica del conocimiento centrada en ‘la relación entre conocimiento y objeto’, porque –según él– ‘el conocimiento, por esencia, es ‘conocimiento de un objeto’. Al poner en entredicho la naturaleza de las cosas mismas y la índole de los actos de conocer, se queda con los ‘objetos conocidos como tales’ o ‘en general’. En suma, la fenomenología es la doctrina universal de las esencias. En esto radica su ‘epojé’ fenomenológica, pues ‘fenomenología’ ‘designa un método y una actitud intelectual: la actitud intelectual específicamente filosófica; el método específicamente filosófico’. Husserl pone entre paréntesis lo real, a lo que tilda de ‘problemático’. Se queda con las ‘esencias’ pensadas. Con la reducción aparece el ‘fenómeno puro, que exhibe su esencia inmanente como dato absoluto’. Se queda sólo con ‘universalidades, objetos universales y situaciones objetivas universales’. Afirma también que la intencionalidad es propia de toda vivencia, y como considera que el conocer es una vivencia, afirma que es intencional.