LA FILOSOFÍA EN SU HISTORIA (J.F. SELLÉS)

6. Eclécticos

Es una corriente filosófica que se configura con mezclas de las demás sin juzgar críticamente la coherencia entre las diversas posiciones. Esta actitud fue debida a la pluralidad de escuelas y a la polémica entre ellas. Representantes de esta tendencia fueron Panecio (185-110 a C.), Posidonio (135-51 a C.), Filón de Larisa (159-86 a C.), Antíoco de Ascalón (150-68 a C.), Alejandro de Afrodisia (198-211 a C.) y Temistio (320-390 a C.).

a) Mundo. Panecio admitió la eternidad del mundo. Para Posidonio todo ser es corpóreo y defendió el monismo cósmico, concibiéndolo como un gran animal. Alejandro de Afrodisia defendió el materialismo de Estratón.

b) Hombre. Panecio negó la inmortalidad del alma. Posidonio defendió la dualidad alma-cuerpo siendo el alma también corpórea. Temistio fue seguramente el mejor comentador griego de Aristóteles y afirmó, por ejemplo, que el intelecto agente es humano. En cambio, Alejandro de Afrodisia fue el primero que identificó el intelecto agente aristotélico con el ser divino. Lo malinterpretó porque, al ver las atribuciones tan dignas que le adjudicó el Estagirita, pensó que no se trataba de una dimensión cognoscitiva humana, sino del mismo ser divino. Tal mentalidad fue de notable influjo posterior a lo largo de la Edad Media, en el pensamiento árabe y en el averroísmo latino; asimismo en el Renacimiento y después en muchos autores neoescolásticos.

c) Dios. Panecio rechazó la teología mitológica, y aceptó el acceso a Dios desde la física. Posidonio admitió un Pneuma divino que penetra todo el cosmos y acogió todas las divinidades griegas. Alejandro de Afrodisia identificó a Dios con el intelecto agente.

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El eclecticismo selecciona tesis de varios autores para consolidar su propio bagaje, pero en esa colección no contrasta unos puntos con otros para ver si son acordes entre sí. Pero seleccionar o elegir es una operación de la voluntad, no de la inteligencia. Por tanto, se le da protagonismo a la voluntad en una tarea que no le corresponde. En consecuencia, se subjetiviza lo sabido y pasa a ser más verosímil lo que uno prefiere. Sin embargo, es claro que si el criterio de verdad es la selección, esta tesis sólo podrá tomarse como verdadera por parte de quien la elija, pero no en caso contrario. Tal actitud da lugar a admitir contradicciones. Ahora bien, la incoherencia es opuesta a la filosofía.