LA FILOSOFÍA EN SU HISTORIA (J.F. SELLÉS)

2. Alcuino de York y Rábano Mauro

2.1. Alcuino de York (730-804). Fue el mejor representante de la escuela palatina de Carlomagno, en la que introdujo el Trivium y el Quadrivium. Conocedor de los clásicos romanos, sus obras filosóficas fueron De anima ratione y De virtutibus et vitiis. Concibió a la filosofía como amor a la sabiduría y la describió como ‘búsqueda natural y conocimiento de las cosas humanas y divinas que le es posible al hombre’ y como ‘maestra de todas las virtudes’. La distinguió en tres partes: física, ética y lógica.

a) Mundo. Es bueno, porque fue creado por Dios y permite al hombre remontarse hasta él a través de la verdad y belleza presentes en las cosas. También son buenos los bienes espirituales, porque asimismo los ha creado Dios.

b) Hombre. Es compuesto de alma y cuerpo, siendo principal la primera, porque es imagen de Dios y puede acceder a él. Es racional y libre. En la división de sus potencias –memoria, inteligencia y voluntad– sigue a San Agustín y –como él– ve en ellas la imagen de la Trinidad. Es creada por Dios, inmortal y tiende naturalmente a él.

c) Dios. Es el ser supremo, creador y señor de lo creado. Sigue en esto a Boecio, Casiodoro y San Agustín.

2.2. Rábano Mauro (784-856). El ‘Preceptor de Germania’ fue discípulo de Alcuino de York, y escribió varios libros de filosofía: De universo, De anima y De virtutibus et vitiis. Para él ‘filósofo es el que tiene la ciencia de las cosas divinas y humanas para vivir bien’. Dividió la filosofía en dos partes: la de esta vida (física, ética y lógica), y la contemplativa (teología). Tuvo influjo de San Agustín y de los platónicos.