LA FILOSOFÍA EN SU HISTORIA (J.F. SELLÉS)

5. El personalismo de K. Wojtyla

En su época filosófica Karol Wojtyla se dedicó primeramente a la ética y luego a denunciar en su obra cumbre, Persona y acción, que las éticas modernas son más reductivas que la clásica, y que ésta debe ser ampliada vinculándola a la persona, a la que pretende estudiar en su acción, en sus actos o manifestaciones. En su periodo teológico, además de revolucionar el papado –en el sentido de hacerlo presente, entre otras muchas actividades, y de modo atractivo, sobre todo a los jóvenes, en medio de muchos países del mundo (visitó 129)–, ofreció un magisterio sobreabundante sobre temas humanos nucleares como por ejemplo el cuerpo humano, la familia, etc.

5.1. Vida y obras. Nació en Wadowice (Polonia) en 1920. Su madre y su padre fallecieron, respectivamente, cuando él contaba con 9 y 20 años. Se trasladó a Cracovia y estudió en la Universidad Jagellónica. Con la ocupación nazi trabajó en una cantera y en una fábrica de química. Ingresó en el seminario a los 22 años. Se ordenó sacerdote a los 25, tras lo cual marchó a Roma a estudiar filosofía en el Angelicum. Defendida su tesis doctoral en teología volvió a Polonia donde ejerció su ministerio en Niegowic, San Florián, y desempeñó su docencia en el seminario de Cracovia y en las universidades Jagellónica y de Lublin. Fue obispo a los 37 años. Participó en el Concilio Vaticano II y formó parte de diversas congregaciones pontificias. Fue nombrado arzobispo de Cracovia a los 42 años, cardenal a los 46, y Romano Pontífice a los 58. Murió en Roma en 2005 con 84 años. Fue canonizado en 2014. Leyó tanto a los pensadores clásicos griegos y medievales como a los modernos y contemporáneos. Así, a Tomás de Aquino, Hume, Kant, Scheler, Entre sus obras filosóficas cabe destacar Amor y responsabilidad, Persona y acción, Mi visión del hombre. En su pontificado publicó 14 encíclicas, algunas de ellas sobre asuntos sociales, como Laborem Exercens, Sollicitudo rei socialis y Centessimus annus; otras relacionadas con la vida, como Evangelium vitae, o con la verdad, Veritatis splendor, o sobre temas filosóficos y teológicos como la Fides et ratio. Al margen de esto pronunció innumerables discursos y alocuciones.

5.2. Filosofía. Comenzó siendo ética en Amor y responsabilidad, e intentó basar la ética en la antropología en Persona y acción. Su proyecto es acceder a la persona desde sus actos, sabiendo con Scheler que ésta es irreductible a ellos. Si se tiene en cuenta que los tratados clásicos de antropología se reducían a una exposición de las facultades humanas, que las descripciones modernas estaban más centradas en la conciencia del yo o de la propia subjetividad, y que desde la fenomenología se daba más relevancia a la descripción de los actos y acciones humanas, lo que Wojtyla pretende es integrar diversas tradiciones o escuelas filosóficas completando unas con otras. Así, por ejemplo, al hablar de libertad, no se limita a describirla como el libre albedrío clásico o dominio sobre nuestros actos, sino también como autodeterminación. Otro ejemplo: al tratado clásico de las facultades añade el estudio de la afectividad, tan querida por los fenomenólogos. Otro más: a la consideración ontológica clásica del hombre como compuesto sustancial del alma y cuerpo, añade el estudio de la distinción real entre varón y mujer, distinción que él considera ‘ontológica’ (persona masculina-persona femenina). Otro nuevo: subordina la consideración reciente de la persona como relación y apertura a la comunidad de personas a la visión clásica de persona como sujeto. Así logra huir tanto de un conocimiento objetivista de la persona como de una consideración subjetivista; huye del solipsismo al experimentar que nuestros actos están abiertos en reciprocidad a otros; amplia el tratado clásico del bien desde el amor personal.