LA FILOSOFÍA EN SU HISTORIA (J.F. SELLÉS)

9. Balance

Aparte de las correcciones aducidas a cada una de las escuelas, si se pregunta: ¿Qué consecuencias se pueden sacar de estas escuelas decadentes en filosofía? Se puede ofrecer como respuesta, al menos, las siguientes tres:

9.1. Evitar repeticiones. No conviene repetir lo que los grandes pensadores han dicho, como llevaron a cabo los académicos, los pensadores del Liceo, los neopitagóricos y el platonismo medio, es decir, no conviene tener como piezas de museo intocables sus descubrimientos, sino volverlos a pensar, a revivir, en orden a intentar descubrir más que lo que ellos vieron; al menos, hacerse cargo de ellas para intentar solucionar las aporías planteadas.

9.2. Solucionar las aporías. Su solución no pasa por recombinar varias opiniones, sincretismo, ni por elegir la que más guste entre ellas, eclecticismo, ni por mirar a otro lado, a temas menores, como los epicúreos, estoicos y cínicos, ni suspender el juicio y dejar de seguir pensando, escepticismo. La solución de cualquier problema siempre se da por elevación, no al mismo nivel que se plantea. Aunque la solución sea difícil y compleja, el hombre es susceptible de hallarla, porque el intelecto humano es susceptible de crecimiento irrestricto.

9.3. Saber el por qué de las crisis en la filosofía. La época de estas escuelas helenísticas es de crisis filosófica. Si se pregunta el por qué, en respuesta cabe indicar que la crisis es fruto de falta de compromiso personal con la verdad, porque si la verdad siempre inspira, y en tales escuelas se ve falta de inspiración, la culpa no la tiene la verdad, sino quienes filosofaron, pues no se emplearon a fondo, es decir, no estaban enteramente comprometidos con su filosofar.

¿Hay alguna pista para advertir que la filosofía anda en una época de crisis? Sí, que en esa misma época la retórica anda en alza. Si se ojea la biografía de todos los representantes de las mencionadas escuelas se ve que eran magníficos oradores, retóricos. Esto sucede porque se busca un sustituto de la verdad inmaterial en la praxis transitiva superior a todas las demás (la que es más remitente que ellas y las puede gobernar): el lenguaje. Ese cambio de atender a lo superior para atenerse a lo inferior supone un decaimiento, una decadencia. En nuestra época, llamada postmoderna, la filosofía está en crisis en la medida en que la retórica está en alza. Esto indica que nos sobran giros lingüísticos y nos falta compromiso con la verdad.