LA FILOSOFÍA EN SU HISTORIA (J.F. SELLÉS)

4. El personalismo alemán de Th. Haecker y F. Rosenzweig

Suelen considerarse personalistas de lengua alemana, entre otros, P. Wust, O. Külpe, E. Becher, A. Wenzl, B. Rosenmoeller, A. Dempf, A. Brunner, Hengstenberg, G. Siewerth, J. Homes, B. Welte, M. Müller, H. Krings, etc., pero tal vez los más representativos son Haecker y Rosenzweig, ambos antihegelianos, el primero por cristiano, el segundo por judío.

4.1. Th. Haecker. a) Vida y obras. Nació en 1879 en Eberbach (Alemania). Tras sus estudios primarios empezó a trabajar en una fábrica de algodón de Esslinger. Luego marchó a Berlín. Terminó el bachillerato en Múnich y empezó allí la universidad. Fue editor de la revista Die Meister y colaborador de varias revistas. Polemizó contra los teólogos protestantes y contra el régimen nazi (“la deificación del estado es la bestialización del hombre”; “muerte, peste y mentiras en un orgulloso abandono de Dios”), y éste le retiró del influjo público. Murió en 1945 a sus 66 años. Leyó a Kierkegaard, Nietzsche, Newman, Dilthey y Scheler. Obras relevantes suyas son: ¿Quién es el hombre?, El cristiano y la historia, Diario en la noche, La joroba de Kierkegaad, y Virgilio. Siendo protestante se convirtió al catolicismo a sus 42 años.

b) Filosofía. Es fundamentalmente antropológica. En este ámbito sostuvo que el lenguaje es la síntesis del cuerpo y del espíritu: “el lenguaje pertenece al pensamiento como el cuerpo, el cuerpo vivo, al alma, pero el pensamiento existe en última instancia por amor a la verdad y al ser, y así también el lenguaje por amor a las cosas verdaderas”. Asimismo, que el hecho de situar el origen del amor en la voluntad, es lo que ha sido siempre lo menos satisfactorio de la psicología tomista. Él sostiene que el amor pertenece también al pensamiento y a la vo­luntad, pero su verdadera morada es el sentimiento en su inmensidad. Para Haecker el hombre sólo se le explica con suficiencia desde lo superior, desde Dios, porque “lo más alto puede explicar lo más bajo, nunca lo más bajo a lo más alto”. En metafísica defendió que el ser es previo y superior al devenir. En ética que el obrar el mal sigue al bien (“las cosas primero suenan y después tienen disonancia”). “Lo auténtico está antes de lo inauténtico; lo verdadero antes que lo falso; el ser antes que la anda, no sólo eternamente, también temporalmente”.

4.2. F. Rosenzweig. a) Vida y obras. Nació en 1886 en Kassel (Alemania) en el seno de una familia judía. Estudió medicina en las universidades de Gottinga, Friburgo y Múnich, tras lo cual estudió historia y filosofía en Berlín y Friburgo, doctorándose en filosofía a sus 26 años, tras lo cual vivió en Berlín. Participó en la Iª Guerra Mundial. Sufrió esclerosis. Murió en Fráncfort en 1929. Leyó a Hegel, Ebner, Cohen, Buber, Marcel, etc. Su obra más relevante, en 3 vols., es La estrella de la redención. Vivió el judaísmo sobre todo a partir de sus 27 años.

b) Filosofía. Defendió la unicidad de cada ser humano, la realidad del mundo y el ser trascendente de Dios. Al hombre lo vio, no como fundamento, sino en relación con el ser divino.