LA FILOSOFÍA EN SU HISTORIA (J.F. SELLÉS)

5. Tipos de ciencia y de método

Sólo el conocimiento intelectual puede dar lugar a la ciencia, porque sólo él puede formar conceptos univer­sales y necesarios. Su definición de ciencia es bien precisa: ‘conocimiento uni­versal, necesario y cierto, que llega a las esencias de las co­sas, las expresa mediante definiciones, y las explica por sus causas’. De aquí, se pueden extraer sus características:

5.1. Características de la ciencia. Son las siguientes: a) Es un conocimiento de las esencias de las cosas, que se ex­presa mediante la definición, cuando se responde a la pre­gunta ‘¿qué es esto?’. b) Es un conocimiento de las cosas por sus causas. La causa es aquello de lo cual depende algo en su ser o en su hacerse. El conocimiento de las causas no se logra a ni­vel sensible, sino intelectual. c) Es un conocimiento necesario, permanente e in­mutable, es decir, se sabe que algo es así y no puede ser de otra manera. d) Es un conocimiento universal, que conoce la esencia co­mún a varios singulares. Para Aristóteles las sustancias físicas carecen de necesidad e inmutabilidad ontológica absoluta, pero cabe hallar en ellas de una necesidad e inmutabilidad relativa susceptible de cien­cia, porque en las realidades físicas se da algo necesario, la esencia, que es aquello que el intelecto conoce tras la abstracción de las cosas singulares, al formar el concepto. Por otro lado, también cabe el uso prác­tico de la razón para conocer con verosimilitud las cosas contingentes.

5.2. Clasificación de las ciencias. Aristóteles hace una clasificación de las ciencias en razón de sus objetos. Distingue tres grandes grupos de ciencias que tratan de distintos seres: a) Ciencias teóricas o especulativas. Buscan la contempla­ción de la verdad y, por tanto, no se encaminan a la acción, sino al conocer por conocer. El fin de estas ciencias está en ellas mismas, pues no buscan nada aparte del saber. En este grupo distingue entre la fí­sica, que se ocupa de los seres sujetos a movimiento; la ma­temática que se ocupa de los seres con cantidad pero inmó­viles; y la filosofía primera o metafísica, que se ocupa de los primeros principios y últimas causas, y como Dios es una de éstas, también se la llama teología. b) Ciencias prácticas. Tienen como finalidad la acción (praxis), que se diferencia de la producción (póiesis) en que la primera perfecciona al que la realiza. En este grupo de ciencias también hace Aristóteles una cla­sificación entre política, que trata sobre el gobierno, es decir, sobre el bien común de la sociedad; la econo­mía, que se ocupa del gobierno de la casa; y la ética, que versa sobre la dirección de la conducta o vida de los hombres individuales. c) Ciencias poiéticas o artes productivas. Se encaminan a la producción de algo, que no necesaria­mente perfecciona al que la realiza la acción, sino directamente al producto, pues la producción termina en algún objeto que tiene una realidad extrínseca respecto del productor. Este grupo, más que ciencias son consideradas ar­tes, y son tan numerosas como diversas son las cosas que puede construir el ingenio humano. Medicina, música, gim­nástica, retórica, son algunos ejemplos de Aris­tóteles.

5.3. Las ciencias instrumentales y metafísica. Las primeras son cierto instrumento para otras. Así, la lógica es el instrumento que ayuda a conocer el proceso y el método racional de las demás ciencias. Por su parte, la gramática, enseña la estructura y orden de las palabras. Por encima de todas las ciencias Aristóteles sitúa como ciencia más perfecta -por ser la más universal- la ‘filo­sofía primera’. Se ocupa del ente en cuanto tal y de sus causas y principios. De ahí que toda otra ciencia o conocimientos se subordinen a ella.

5.4. Experiencia, arte y ciencia. El conocimiento humano es superior al animal y se distri­buye en tres grados distintos: a) La experiencia, que se origina por acumulación y con­frontación de observaciones. Las observaciones se acumulan en la memoria; por eso la experiencia nace de ella. Pero el hombre, al contrario que los animales, es capaz de co­nocer intelectualmente lo que le presenta el recuerdo. Ese conocer es un universalizar lo que se contenía en las expe­riencias particulares. b) El arte, que se origina a partir de la experiencia y se en­camina a la producción, es decir, a la acción humana, enten­dida como una acción productiva, encaminada a aplicar los conceptos universales a los casos particulares. El arte pertenece a la vida práctica, pero se diferencia de la experiencia en que tiene por objeto lo universal, aunque las cosas a las que se refiere pueden ser trasformadas por nosotros. c) La ciencia, que también se origina de lo sensible formando con­ceptos universales, es una forma de conocimiento más alto y perfecto. Se distingue de las artes en que no tiene su origen en las necesidades vitales ni en el placer de los hombres, sino en que se busca la verdad por sí misma. Además, no se orienta a la producción, sino a la contempla­ción, es decir al conocimiento teórico, y tal conoci­miento se busca por sí mismo, sin atender a la acción, al posible co­nocimiento práctico que se encamina a la praxis o acción mo­ral, política, etc.