LA FILOSOFÍA EN SU HISTORIA (J.F. SELLÉS)

5. Juan Peckham, Mateo de Acquasparta, y Enrique de Gante

5.1. Juan Peckham (1235-1292). El Doctor Ingeniosus, franciscano inglés, maestro en la Universidad de París, siguió a Roberto Kilwardby en la sede episcopal de Canterbury. Fue tan agustinista como su predecesor en la cátedra, y como él, se opuso a Aristóteles y a Tomás de Aquino; también a Averroes. Fue seguidor de Alejandro de Hales, Roberto Grosseteste y San Buenaventura. Entre sus múltiples obras cabe mencionar: la Summa de esse et Essentia, las Quaestiones disputatae, los Quodlibeta, el Tractatus de Sphaera, el De mundi aeternitate y el Tractatus De Anima.

a) Mundo. Creado por Dios en el tiempo, no ‘ab aeterno’. Defendió el ‘hilemorfismo universal’.

b) Hombre. Compuesto de cuerpo y alma. El cuerpo tiene materia prima y forma; el alma, materia y forma. Negó la tesis tomista de la unidad sustancial alma-cuerpo. El alma se identifica con sus potencias. El intelecto agente se distingue del posible como dos ‘virtudes’, no como potencias, pero ambos son iluminados por Dios. La voluntad es superior al entendimiento.

c) Dios. Para demostrar su existencia, además de admitir el argumento ontológico, defendió que el alma tiene un sentimiento íntimo de la existencia divina. Afirmó que “el intelecto agente del que habla el Filósofo no es ninguna parte del alma, sino Dios”.

5.2. Mateo de Acquasparta (1235/40-1302). Este pensador franciscano de Italia, conciliador como Avicena y Juan de la Rochela, discípulo fiel de San Buenaventura, fue también maestro en la Universidad de París. Siguió asimismo la doctrina de San Agustín. Entre sus obras cabe contar: Comentarios a las Sentencias, Cuestiones Disputadas y Quodlibetales, De cognitione y De anima separata.

a) Mundo. Creado por Dios en el tiempo, pues la creación ‘ab aeterno’ es imposible. Sostuvo el hilemorfismo universal: “toda sustancia creada, ya sea corporal o espiritual, está compuesta de materia y forma”.

b) Hombre. Defendió la iluminación divina del alma, pues, según él, sin esa luz no se podría conocer. Pero para conocer, el alma humana requiere también formar las especies inteligibles por medio del intelecto agente, que permite abstraer. Admitió también que el alma se conoce a sí misma, no por abstracción, sino tras la abstracción. Intelecto agente y posible son humanos, la primera perfección del hombre, por la que éste es hombre. Defendió la tesis agustiniana de las verdades eternas.

c) Dios. Toda luz cognoscitiva procede de Dios; por tanto, se puede decir que Dios es agente. Su existencia es evidente. No hace falta demostración.

5.3. Enrique de Gante (1240-1293). El Doctor Solemnis, sacerdote secular, tuvo influjo de Avicena. Obras suyas son los Quodlibeta Theologica y la Summa theologiae.

a) Mundo. La creación no es eterna, pues lo que distingue a lo creado es la posibilidad, no la necesidad. En lo creado cabe distinguir entre la esencia y el existir de la esencia. Tal distinción es intencional, no real. Materia y forma se distinguen como dos cosas.

b) Hombre. Requiere la iluminación divina para conocer. El intelecto humano no puede distinguir entre el ser de la esencia y el ser de la existencia. Identificó el intelecto agente con la memoria y la inteligencia y los distinguió de la voluntad.

c) Dios. En Dios no hay distinción entre el ser de la esencia y el ser de la existencia. Dios creo por decreto de su voluntad. Admitió el argumento ontológico anselmiano para demostrar la existencia de Dios.