LA FILOSOFÍA EN SU HISTORIA (J.F. SELLÉS)

3. Roberto Grosseteste, Guillermo de Auvernia y Juan de la Rochela

3.1. Roberto Grosseteste (1170-1253). Pensador de ‘grosse capitis, sed subtilis intellectus’, fue maestro en la Universidad de París, Canciller de la de Oxford, y obispo de Lincoln. Tuvo influjo platónico, neoplatónico, aristotélico, árabe y judío, pero sobre todo agustiniano. La mayor parte de sus obras filosóficas se ciñen a la filosofía de la naturaleza, y en menor medida a la metafísica y a la psicología. Obra suya es el De sphera.

a) Mundo. Es creado y temporal, pero tanto la iluminación divina de nuestras almas como la creación de la realidad física se realiza mediante las inteligencias separadas (los ángeles), usando Dios de ellas como de intermediarios, pues éstas reciben la irradiación de la luz primera. No aceptó el hilemorfirmo universal. Pensó que la luz es la forma de todas las cosas sensibles.

b) Hombre. El alma es inmortal y es forma luminosa que está difundida por todo el cuerpo. No admitió distinción real entre el alma y sus facultades. Defendió las teorías agustinianas de la iluminación y de las verdades eternas. Afirmó que la libertad es de la voluntad.

c) Dios. Es acto puro, eterno. Su voluntad lo gobierna todo y su conocer llega hasta los futuros contingentes. Las ideas están en Dios y son iluminadoras. Son, asimismo, creadoras de las realidades sensibles y causan, a su vez, nuestros conocimientos. La existencia de Dios se demuestra de dos modos: partiendo de lo móvil hasta llegar al motor inmóvil, y a través del testimonio de la conciencia.

3.2. Guillermo de Auvernia (1180-1249). Obispo de París. La doctrina de Aristóteles hizo su primera entrada en la Universidad de París con su obra De Anima, pero éste procedió con la filosofía del Estagirita con mucha cautela y vigilancia, pues prefirió la tradición platónica y agustiniana. Conoció la filosofía de los pensadores árabes y judíos. Fue de carácter rígido y severo para con lo errores contrarios a la fe cristiana. Su obra principal es Magisterium Divinale.

a) Mundo. No es eterno. Negó la emanación. Afirmó la creación directa de Dios sin intermediarios. Sostuvo que las ‘inteligencias espirituales’ son formas puras sin materia; el resto son seres con materia prima y forma.

b) Hombre. Compuesto de alma y cuerpo. El alma humana es una, no múltiple, y es forma sustancial del cuerpo. No distinguió entre el alma y sus facultades, porque estimó que el alma es simple.

c) Dios. Infinito, ser necesario, sin distinción entre ‘esse’ y ‘essentia’, incausado, simple, trascendente, se identifica con las ‘formas ejemplares’. Prueba su existencia como primer motor y primera causa. Negó que el Intelecto agente sea Dios, pero afirmó que es una sustancia espiritual separada.

3.3. Juan de la Rochela (1200-1245). Franciscano, discípulo, colaborador y sucesor como Magister regens de Alejandro de Hales en la Universidad de París. Conoció bien los escritos de Aristóteles y de San Agustín, así como las tesis neoplatónicas y las opiniones de Avicena sobre el alma humana. Su talante es conciliador, pues defendió la simplicidad del alma a la par que destacó la multiplicidad de operaciones; admitió la abstracción aristotélica a la vez que la iluminación agustiniana. Como su maestro distinguió en el hombre entre ‘esencia’ y ‘existencia’, pero esta distinción no la aplicó al conocimiento humano. Escribió varias Summas, entre ellas una De anima.

a) Mundo. Creado por Dios. Todo lo creado es compuesto de ‘quod est’ y ‘quo est’. Lo corpóreo, además, de materia y forma.

b) Hombre. Compuesto de alma y cuerpo. Afirmó que el alma es una sustancia inmaterial. Dudó acerca de si se distingue realmente de sus potencias. Admitió que intelecto agente y posible son facultades del alma; que el agente se emplea como forma y el posible como materia.

c) Dios. Es simple. Le llama ‘Intelecto agente’. También a los ángeles.