LA FILOSOFÍA EN SU HISTORIA (J.F. SELLÉS)

1. El romanticismo de F. Jacobi y F. Hölderlin

Fue un movimiento de oposición al idealismo hegeliano, pues exaltaba el sentimiento humano por encima de la razón. Frente a la necesidad y totalidad del sistema hegeliano, el romanticismo defendió respecto del mundo su infinitud incomprensible; respecto del hombre, un subjetivismo de múltiples facetas no aunables; respecto de lo divino, una mentalidad mitológica que divinizaba la naturaleza y narraba a modo de leyenda lo incomprensible de ésta. El precedente de este movimiento suele considerarse J.G. Herder (1744-1803). De él cabe reseñar su primer influjo kantiano y su ruptura final con dicha filosofía. Su obra más relevante fue Ideas para una filosofía de la historia de la humanidad. Es precedente de este movimiento en dos puntos: por el método, por el realce que dio al sentimiento, en especial la empatía, sobre la razón; por el tema, porque en la explicación del hombre lo vinculó a la naturaleza.

1.2. F. Jacobi (1743-1819). Nació en Dusseldorf. Tras ocuparse en otros trabajos, se dedicó tardíamente a la filosofía y a la teología. Fue discípulo de Rousseau y criticó la filosofías de Spinoza, Hume, Kant, Fichte y Schelling. Escribió muchas obras, que se recopilan en 6 volúmenes, entre ellas Cartas a Mendelssohn sobre la doctrina de Spinoza, David Hume y la fe, Jacobi a Fichte, Sobre el intento del criticismo de reducir la a la fe (contra Kant), Sobre las cosas divinas y su revelación, etc.

Defendió la superioridad del sentimiento y de la fe sobre el conocer racional. Criticó el panteísmo y defendió la trascendencia divina, a la que según él se llega solo por la fe, no por la razón (fideísmo), la cual no puede demostrar ni siquiera la existencia de Dios, porque no puede trascender los límites de la experiencia sensible (influjo de Kant). 

1.3) F. Hölderlin (1770-1832). Nació en Lauffen. Fue pietista. Estudió teología en el seminario de Tubinga, donde conoció a Schelling y a Hegel. Leyó a Platón, Spinoza, Leibniz, Kant. Dejó el ministerio protestante y se dedicó a la docencia. Se trasladó a Jena donde escuchó a Fichte. Luego, a causa de su enfermedad (depresión) volvió a Tubinga donde residió hasta su muerte. Su obra más relevante es Hiperión.

Hölderlin subordinó la filosofía a la poesía y con ésta defendió un panteísmo de la naturaleza y un deseo subjetivo de ser uno con ella. Habló tanto de los dioses en plural como de lo divino en lo natural. Los temas recurrentes de su poesía son el amor, la libertad, la enajenación del yo en la naturaleza para encontrar la paz y armonía en ella.